Fernando Calderón España nació en Garzón (Huila) y desde muy temprana edad la vida le indicaría que su destinado lo llevaría a ser parte de aquella fenomenal camada de magistrales voces que hicieron de una época en Colombia que la locución fuera señorial, aplaudida y prestigiosa.
Su papá fue de una gran influencia. Cómo él, este destacado hombre de medios también pudo haber elegido ejercer el oficio de zapatero o incluso hasta haber sido un empresario en el negocio del calzado. La política, las matemáticas y la física, también lo sedujeron, pero fue finalmente la locución, el periodismo y el análisis político, las actividades que eligió parte de su estilo de vida.
Fernando Calderón España es un convencido de que la radio prevalecerá pese al desarrollo inclemente de la tecnología y considera que su magia aún existe, aunque se haya perdido la creatividad.
Curtido de tantas experiencias en ese maravilloso y fascinante mundo de las ondas hertzianas, este comunicador innato, continúa transmitiendo a través de su voz un mensaje a la sociedad, pero esta vez desde el escenario de la docencia.
Fernando Calderón España. Foto Archivo Personal.
Por: Germán Posada
G.P.: ¿Su voz fue la mejor herencia que le dejó su padre?
F.C.: Mi voz es muy parecida a la de mi papá y la de mi hijo a la mía. Esto fue muy importante porque cuando se descubre esa especie de talento natural la vida cambia. Mis orígenes tienen la pobreza típica colombiana, afortunadamente no era la pobreza extrema tampoco. Esa en donde los padres luchan cotidianamente para llevar el sustento a la familia. Soy el mayor de 12 hijos y eso requería dedicación por parte de nuestros padres. Mi trabajo en la radio es también gracias a ciertos mensajes subliminales que mi papá me enviaba, él era un gran aficionado a la radio y la escuchaba permanentemente. Yo lo veía diariamente en estas. Él se aprendía los nombres de los locutores de la época, de la famosa Radio Santa Fé. Uno va aprendiendo a querer la radio. Comienza entonces el cariño, la afición y el amor por la radio que después se convierte en pasión.
G.P.: ¿Cuáles fueron sus primeros pasos en la radio?
F.C.: Ha sido un trabajo con pasión. Diría yo que con un poco de devoción y obviamente con mucha emoción desde más o menos los 14 años en mi tierra natal, Garzón.
Gracias a ideas juveniles de Mariano Ospina, “Chucho” Polanco, Alirio Fragua, Los Hermanos Osorio, José Ángel Beltrán Martínez, Edilberto Castro, entre otros, organizamos un movimiento social juvenil que tenía ese tinte de preocupación social de los jóvenes de los años 60 y 70 en esa onda “Camilista” en la Nacional. Creamos entonces un movimiento con la idea de solicitar en la emisora “Radio Garzón” un programa radial. Recuerdo que fue una dramatización de los hechos que ocurrieron el 20 de julio de 1810. Lo hicimos con la tecnología de la época. Una grabadora de carrete, musicalizábamos con un tocadiscos, un micrófono de cable, así construimos una especie de radio teatro en una casa de familia. Lo emitimos un domingo 20 de julio.
El director de la emisora, Jaime Martínez Apraez, escuchó el programa y preguntó por algo que le gustó y que yo había leído y me propuso trabajar como locutor y desde ahí me cambió la vida. De esto he vivido y soy muy grato con la profesión y los amigos que me he encontrado desde Garzón hasta Bogotá. Con los empleadores, las Cadenas en donde he estado. Son todos recuerdos muy gratos.
G.P.: ¿Quiénes han sido Yamid Amat y José Luis Mateus en la carrera en los medios de Fernando Calderón España?
F.C.: Gente muy importante. Mariano Ospina dice que yo he tenido unos ángeles. Primero fue el pastuso Jaime Martínez Apraez en Radio Garzón, luego José Luis Mateus en Neiva, el hombre que me vinculó a la radio y creyó en mí hasta el punto de que viví en su casa como si fuera un hijo más. Luego me fui para Bogotá en donde tuve el apoyo de personajes como Eucario Bermúdez, Ernesto Rojas Ochoa y Chucho Emilio Aguirre, en Todelar.
Luego en Caracol cuando Yamid Amat me ubicó a través de Javier Ayala, cuando yo estaba en Radio Continental haciendo unas promociones. A Yamid le gustó mi voz. En una cita de un almuerzo arreglamos un contrato con Caracol y desde ese momento Yamid Amat se constituyó en una persona muy especial para mí porque ha sido como si fuera mi papá. Aún trabajo con él en CMI.
G.P.: ¿Considera a Todelar cómo su escuela radial?
F.C.: Sí claro. TODELAR para mí es la escuela radial y Caracol es la universidad. Yo arranqué en Garzón, me fui para Neiva y luego ingresé a Todelar rápidamente por allá en 1978. Todelar era el circuito de radio que más se escuchaba en Colombia. Había gente importante del periodismo como Gabriel Cuartas Franco, Antonio Pardo García, Alberto Giraldo. Era la época en la que Jorge Enrique Pulido comenzaba a aparecer como un hombre importante en la radio. Se hacían radio novelas, unos contenidos muy bien mezclados que permitían una audiencia amplia en todo el país. Tenían 72 emisoras. En los deportes estaba Pastor Londoño Pasos, Hernán Peláez Restrepo, Oscar Restrepo Pérez, en otro tiempo estuvieron Jaime Ortiz Alvear, Hernando Perdomo Ch, Willian Vinazco Ch Juan Harvey Caicedo, Armando Plata Camacho Fernando González Pacheco, Juan Carlos Gallardo un argentino que hacía un programa los sábados que se llamaba “La Matinata de los Sábados” en Radio Continental.
Luego pasé a Caracol y ahí me gradué en los temas radiales. En una segunda jornada entré como ejecutivo de la Compañía. Ya había sido director de Radionet que fue una Cadena que me confió Yamid Amat y que sacamos adelante económicamente, aunque el producto prácticamente lo “mató” Caracol porque habían muchas intrigas en el interior de la Cadena que impedían que siguiera.
G.P.: ¿Qué fue Radionet para Colombia?
F.C.: Radionet fue una sociedad entre Yamid Amat y Caracol que tuvo sus orígenes en 1996. Para mí, el único y el máximo experimento radial que hizo Yamid Amat después de que él cambió la radio. Fue un gran proyecto de tener una Cadena con noticias e información las 24 horas al día en un formato de 15 minutos que se repetía 4 veces en la hora. Fue un concepto de radio informativa que él creó en Caracol y que todo el mundo copió. Hubo errores de mercadeo y esto hay que aceptarlo. También excesos desde el punto de vista administrativo en la contratación de mucho personal y otros errores que se pagaron. Fue una gran apuesta de Yamid que le funcionó a Caracol en ese momento pero que tuvo la mala suerte de malograrse cuando él aceptó irse para Caracol Televisión a crear Caracol Noticias.
En sus inicios Radionet comenzó perdiendo mucha plata y le estoy hablando de miles de millones de pesos. Cuando Yamid Amat partió me dejó defendiendo sus intereses personales, se hizo todo lo posible durante 5 ó 6 años y yo la entregué en un punto de equilibrio. Se hizo una racionalización económica y administrativa diferente. Hicimos una reestructuración de la compañía y terminé haciendo con 8 periodistas lo que producían 120. Muchos de estos periodistas se hicieron con nosotros y luego trabajaron en los diferentes medios colombianos.
Se adujo que la Compañía tenía muchas emisoras dedicadas a informativos, venía Julio Sánchez Cristo, estaba La W, el Sistema Reloj, Caracol Básica, eran muchos productos que supuestamente competían entre sí, pero esto fue una disculpa porque la verdad eran productos que tenían “targets” totalmente diferentes y no tenían problemas, pero a alguien le dio por pensar que SI competían. Es decir, en la vida hay gente que apoya y otra que no.
Quienes llegamos a los medios dependemos de lo que diga el director y si a él le dio por decir NO pues es NO. Así le guste al resto del mundo. Radionet, sería hoy en día una extraordinaria opción informativa pero obviamente en su momento no le convenía a las estrellas del “raiting” tanto en la básica cómo en las otras subsidiarias de Caracol.
G.P.: ¿Piensa que la locución de la lectura de noticias todavía tiene cabida en la radio actual?
F.C.: Si. Y aquí retomo de nuevo el comentario aquel cuando le decía que uno depende del director. Si un día llega un director de radio y dice “quiero un locutor de noticias” simplemente lo impone. Hay espacio porque el locutor no se ha perdido para la radio todavía porque a la gente le gusta escuchar las cosas a través de voces microfónicas. Voces que son agradables ante el micrófono así sean de diversos matices. A la gente le gusta la estética en la radio y por eso hay que producir estética. Y en esto estamos perdiendo terreno en la radio. Para mí la radio está estancada. No hay quién produzca radio. No se está produciendo radio en este momento.
G.P.: ¿Usted como un referente en la lectura de noticias en Colombia, a quién considera un extraordinario lector de noticias?
F.C.: Muchísimos. Edgard Hozzman muy acucioso en el tema de la radio y de la televisión en Colombia, hizo una encuesta en Pantalla y Dial y a mí me metieron algunos entre los diez primeros. Pero la verdad yo no merezco estar en esa lista. Los locutores de noticias extraordinarios en este país que yo recuerde, arrancan por Julián Ospina, Armando Osorio Herrera, Jorge Antonio Vega esos son señores locutores. Eduardo Aponte Rodríguez Manolo Villareal, Eucario Bermúdez Ernesto Rojas Ochoa, Uriel Cardona Henao, Fabio Becerra Ruiz gran locutor en RCN, José Hilario Rojas. De los nuevos, Juan Manuel Rodríguez, Gustavo Niño Mendoza, Juan Harvey Caicedo, Jesús Alzáte Arroyo. Gustavo Niño Mendoza me gustaba por la belleza de su voz. Por la capacidad interpretativa y para narrar noticias, Jorge Antonio Vega. Pero son muchos que en este momento se me olvidan.
Lo que pasa es que quienes llegamos a Bogotá y tuvimos la fortuna de estar en los grandes noticieros pues obviamente marcamos lo que se denomina un “top of mind”. Llegamos a un nivel de recordación muy importante en mucha gente. Uno estaba en las grandes cornetas como eran Todelar y Caracol. Tanto repetir en la mañana, al mediodía y en la noche nuestro nombre al terminar la lectura de noticias se termina estableciendo una relación de cariño con la gente. Yo me considero que fui bueno, pero de ahí como para ser un extraordinario tampoco. Hay muchos señores lectores de noticias.
G.P.: Tengo la impresión de que grandes personalidades de la locución noticiosa en Colombia se fueron quedando como sin un plan B. ¿Cree que se podrían haber reinventado en su profesión?
F.C.: ¿Por qué se comienza a acabar la figura del locutor en la radio? Porque el periodista quería llegar a la cabina. Antes el periodista llegaba a la cabina a entregar los textos para que los locutores los leyeran y quienes hacían los programas para el hogar eran los locutores. Recuerde muy bien que Baltazar Botero sostuvo “Hola Buenos Días” muchos años y el ante todo era un locutor. “Pase la tarde” la fundaron locutores, Julio Nieto Bernal, Alfonso Lizarazo , Alberto Piedrahíta Pacheco, Juan Harvey Caicedo.
En este tema tiene que ver bastante gente que uno quiere y ama profundamente, pero esa es la verdad. Yo no voy a decir mentiras.
En esto tiene que ver mucho los directores de radio del momento. Hablo de un Yamid Amat, ó un Jorge Enrique Pulido, que pensaron que el periodista era el que tenía derecho a estar en la cabina conduciendo los programas y no el locutor porque este era una persona que sólo leía y estaba sujeto a lo que le escribía el periodista considerando más inteligente al periodista que al locutor. Y si el locutor se equivocaba o se caía en la pronunciación de una palabra la expresión del periodista era “uy que bruto ese locutor” o a veces el locutor repetía el error que había escrito el periodista y este sentía que el locutor tenía la obligación de corregirle.
Eliodoro Otero, Jorge Antonio Vega, Gustavo Niño Mendoza y yo corregimos mucho a los periodistas, pero eso nunca lo dijeron, pero cuando nos equivocábamos si decían que nos habíamos equivocado. Siempre se hizo notar que el locutor se equivocaba por culpa del locutor no del periodista y en la mayoría de los casos era por culpa del periodista. Añado también, que esa estigmatización muchos locutores también lo permitieron porque no estudiaban, no se preparaban, no cuidaron su imagen intelectual.
Yo quisiera saber quiénes entonces eran más inteligentes. Locutores que por lo general tenían una segunda profesión o el periodista que ni siquiera se había graduado porque en esa época no existían las facultades de comunicación ni de periodismo. Por ejemplo, José Hilario era Ingeniero Industrial. Fabio Becerra Ruiz estaba estudiando Derecho. Edwin Paz era abogado. Hernán Castrillón Restrepo era Ingeniero Civil. Cristóbal Américo Rivero era médico, Juan Harvey Caicedo y Jorge Antonio Vega eran Publicistas, Oscar Ayala, era Ingeniero Agrónomo.
G.P.: Usted fue uno de los pioneros de la radio virtual en Colombia. ¿Es inquieto con los avances tecnológicos?
F.C.: Claro. Incluso hago la locución para CMI desde mi casa. Esa fue una de las condiciones que yo puse cuando regresé a esta empresa el 28 de diciembre del año pasado. Inclusive estando en la ciudad de Los Angeles comencé a hacerlo gracias a los avances tecnológicos.
Cuando trabajábamos en Radio Melodía, le dije a Víctor Salamanca que montáramos una emisora en Internet en el sistema streaming. Poco a poco lo hicimos. Se llamó colombiadelamano.com y dentro de esta estaba tayronastereo.com la idea era promocionar la “colombianidad” en el mundo con música e información. Inicialmente la idea era que pagaran una suscripción por algunos centavos de dólar para que pudieran seguir escuchando permanentemente la emisora. Finalmente resolvimos comercializar las visitas a la página que tenía un diseño espectacular y buen contenido. Efectivamente comenzamos a tener visitas y vendimos publicidad, pero después nos aburrimos y no tuvimos consistencia. Además, el patrocinador más importante se retiró. Creamos un buen producto, pero no teníamos visión comercial y esto fue lo que nos faltó, pero fue un experimento muy bueno.
“Quiero despertar inquietudes en los jóvenes. Y quiero ante todo que los nuevos periodistas o por lo menos los que pasen por mis cursos, sean personas que cuando lleguen a los medios se hagan matar por la verdad.”
Fernando Calderón España.
G.P.: ¿Sería engañarse pensar que no necesariamente se requiere tener una gran voz para hacer carrera como locutor?
F.C.: Para mí no es importante que se tenga una gran voz, pero si es importante que se oiga bien. Y eso ya ha sido probado. Heliodoro Otero no tenía una gran voz como por ejemplo la voz de Alberto Piedrahita Pacheco, Juan Harvey Caicedo, Eucario Bermúdez ó incluso Fabio Becerra Ruiz, pero se escuchaba muy bien y leía perfecto. Era el clásico locutor de noticias de la BBC de Londres o de la VOA en sus mejores tiempos. Cuando la voz es generalmente agradable al oído del oyente es porque algo pasa ahí. Es porque hay un “feeling”.
G.P.: Ahora la radio en vivo se puede escuchar y ver a través de video. ¿Se acabó la magia de la radio?
F.C.: No. Yo pienso que la radio no ha perdido su magia. Es más, porque es mágica es que la gente está buscando seguir haciendo radio, pero en otros escenarios electrónicos. Ya la gente no está pensando en el transistor, ni en el radio del carro. Ya se habla de radio satelital. La radio online. Creo que llegarán otros escenarios con miles de posibilidades para seguir escuchando radio. Me parece que el poder creativo si se ha acabado.
¿Por qué Caracol y RCN ya no hacen otra cosa? Yo por ejemplo haría la radio con público como el antiguo radioteatro. Haría las noticias con un solo conductor, sin equipo periodístico y más bien vinculo al público. La participación del público es muy importante para la gran sintonía. Si Julio Sánchez Cristo no le da participación a la gente no lo oyen. De esto poco a poco la gente se ha ido dando cuenta.
Como hay egoísmo en los que manejan los medios no quieren perder la importancia y no se la quieren pasar a la gente que son los importantes. Nadie quiere soltar la pelota en la radio y quieren seguir sosteniendo los paneles de la cabina con un grupo pontificando de lo divino y de lo humano, con posturas personales y defendiendo intereses grupales y en demostraciones subjetivas. Eso tiene que cambiar.
G.P.: Es un especialista en Mercadeo Político. ¿Qué le atrae de la política?
F.C.: Siempre me ha atraído porque mi papá fue un líder social. Mi papá tuvo mucho que ver con la fundación de un barrio en Garzón que se llama San Cayetano y de otro llamado Samaritano. El visitaba los ricos y a él lo consultaban, era una especie de político y comunicador a la vez. Con el pegábamos afiches de la Anapo en la época del General Gustavo Rojas Pinilla.
La política yo la dejé a un lado cuando me di cuenta de que a través de la comunicación podía desarrollar un proyecto de vida. Pero la inquietud permanece viva en la sangre y por eso en un momento determinado me vinculé a la Javeriana y me dediqué a estudiar el tema y el mercadeo políticos. Me gusta y escribo sobre temas políticos, aunque ya no mucho porque desafortunadamente en Colombia eso produce muchas enemistades. A veces uno pierde grandes amigos con los que uno tomaba tinto y hablaba de su infancia, de sus querencias juveniles, de sus ilusiones y esperanzas infantiles. Pero porque simplemente uno expresó que quería votar por A o por B se pierden amigos muy queridos.
G.P.: ¿Hace cuánto es docente y qué enseña?
F.C.: Soy docente hace dos años y medio y he tenido la fortuna de que los alumnos en sus evaluaciones me han calificado en un principio en el segundo puesto y a partir de ahí me han sostenido en el primero.
Dicto taller de radio, periodismo radial y taller de televisión. El periodismo radial es el principio de lo que hoy estamos viendo del periodismo en general incluyendo la televisión. Yo aprendí de los grandes periodistas como escribir para radio y eso mismo que yo aprendí empíricamente lo están diciendo actualmente académicos en el tema. Hago una clase práctica desde el primer día y me pongo de ejemplo como noticia diciéndoles que yo soy lo nuevo para ellos. Luego trabajamos la crónica y el reportaje.
Tuve un programa de entrevistas en la televisión que se llamaba “La Telaraña” pero a algunos les dio por decir que eran ellos quienes iban a poner los invitados y yo me opuse y entonces se acabó. Lo hice por tres años. Mi idea era entrevistar al lumpen. A los olvidados, a los apartados de la sociedad, a quienes, por problemas sicológicos, sociológicos y familiares, caían en vicios. Quería entrevistar a prostitutas, lustrabotas, gente que nadie se le ocurre entrevistar. Así comencé y a los tres meses ya me estaban llamando los políticos para que los entrevistara y el programa se me dañó.
G.P.: ¿Cuál es el legado que les quiere dejar a sus alumnos?
F.C.: Yo no hablo de legado porque eso es pretencioso y muy vanidoso. ¿Quién soy yo para dejar un legado? Legado dejaron Simón Bolívar y Jesucristo. Pienso que Yamid deja un legado. Fue el hombre que transformó la radio y no la han vuelto a modificar. Pero si quiero dejar inquietudes en la gente. Despertar inquietudes en los jóvenes.
Y quiero ante todo que los nuevos periodistas o por lo menos los que pasen por mis cursos, sean personas que cuando lleguen a los medios se hagan matar por la verdad. Así de fácil.
G.P.: Al parecer usted es un aficionado a los zapatos. ¿Cuáles son los zapatos de su gusto?
F.C.: Los que me queden bien. Los que no me “maten” a la hora de medírmelos. Tengo un buen número de zapatos, pero no tengo una marca fija. Conozco de zapatos porque mi papá fue zapatero y yo lo acompañé en mi niñez en su trabajo. Él llegó a tener hasta seis trabajadores y yo entiendo del tema y sé cómo se hacen. Pero los zapatos, aunque sean de marcas muy conocidas deberían tener las cosas que tienen los zapatos bien hechos. El cocido a mano de los zapatos es muy importante y esto ya no se hace. En resumen, tengo zapatos de marcas reconocidas como otros que ni les conozco la marca.
G.P.: ¿Qué dedicación le improvisaría en este momento a su tierra el Huila?
F.C.: El Huila es una tierra que yo amo profunda y especialmente Garzón. La tierra se ama tanto como a la madre. Por eso a la pequeña patria se le llama “La tierra madre” o “la madre patria”. Para mí “la madre tierra” no es España sino Garzón. Ese pequeño terruño se ama tanto como a la mamá porque a uno esa tierra lo tuvo en sus entrañas, en su vientre, como nuestras mamás. Por eso volvemos a la tierra siempre. Desafortunadamente no lo hago muy seguido. Garzón fue ese terruño en donde viví mis primeras ilusiones, expectativas, sueños. Esos parques fueron testigos de todo eso. Yo me crie en el barrio Nazareth de clase baja alta o media baja. Clase trabajadora, de zapateros, talabarteros, albañiles, en donde algunos adelantados tenían bicicleta, yo no tuve ni siquiera patineta. Que ese pequeño valle inclinado en donde creció Garzón y esas nubes y montañas que lo circundan y arropan, y esa gente garzoneña, sean testigos de todo esto que le ha pasado a uno, crea una comunicación y un lazo sentimental tan parecido al cordón umbilical, que es al final de cuentas un cordón de sentimientos, es un privilegio incomparable.
La gente de Garzón es buena. El Opita es bueno. El colombiano es bueno. Lo que pasa es que aquí se puede evidenciar probablemente lo que dijo Rousseau: “El hombre es bueno pero la sociedad lo corrompe”.
En nuestro país no hemos podido desarrollar un concepto de nación. Aquí podemos desarrollar proyectos individuales y los ha habido exitosos. Por ejemplo, el suyo y el mío, son una demostración de eso. Lástima que no hayamos podido lograr el concepto de nación. Ha habido intereses mezquinos de mucha gente metida en la política alta que no les interesa que ese concepto de nación sea lo más importante en el corazón, en el sentimiento, en el espíritu, en el ideario político de todos los colombianos.
G.P.: Muchas gracias por aceptar esta entrevista
F.C.: Muy amable por sus palabras tan generosas a mi carrera que tocan mi oído y llegan al infinito, a lo profundo del corazón y del alma. Ese alimento del ego no es inoficioso. Para mí es muy importante que personas como usted recuerde a todos los que hemos trasegado y transitado por esas ondas hertzianas que tanto amamos.
“Yo pienso que la radio no ha perdido su magia, pero me parece que el poder creativo si se ha acabado.”
Fernando Calderón España.
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