Por: Luisa López Vélez.
Dejar tu país te cambia.
El costo emocional de dejarlo todo y de volver a empezar es alto. Y cuesta, y duele, y no es fácil.
Ya no tienes una casa o un destino final, ya no sabes a donde regresar. Desapegarte es algo que debes dominar.
Muchos hábitos cambian, personas que estaban en tu vida se van, comes mucho y a veces poco, aprendes a amar tu espacio y tu soledad. Cambias tu forma de hablar, porque no quieres tener acento, y no quieres decir palabras que no tienen sentido, así que te vuelves neutro, y cambias.
Debes aprender a encajar sin perder tu esencia, y eso implica mantenerte firme en tus valores mientras logras adaptarte. Y de repente te das cuenta que tienes nuevos principios… y te cambia. Porque ni eso es fijo, es flexible. Y si, cambia.
Tienes que aprender que eres el extraño, que eres el nuevo y que nadie cambia por ti, y que debes ser fuerte, resiliente, abierto, constante. Es a veces abrumador, porque te cambia.
Pero te vuelves tan grande… tu mente se abre. Te vuelves reflexivo. La vida te cambia.
No es para todos; debes tener fe, creer en ti. Enamorarte del proceso. Es para valientes. Es para flexibles. Es para pacientes.
Toleras, aprendes, reflexionas, fracasas, vuelves y empiezas…. Y avanzas. Y cambias.
Cada nueva persona que conoces, cada cultura con sus particularidades; Tan parecidos pero tan diferentes.
Cada plato de comida, cada diccionario de nuevas palabras, cada forma de amar, cada paisaje, cada amigo que haces…te cambia.
Tener una familia en cada lugar, tener brazos abiertos, llenos de sinceridad, de cariño. Diversidad.
Tener miles de amigos, de corazones conectados con tu corazón. Te cambia.
Tener esta oportunidad, tan llena de ambigüedades, de apegos y desapegos, de fortaleza, de cordura y de locura, de blancos y negros y a veces grises… y amarillos y rojos… y a veces verdes… Te cambia.
Ya no eres ni de aquí ni de allá, ya no eres el mismo. Eres diferente. Porque todo te cambia.
Te cambia, y yo no lo cambio por nada….!!!
Porque lo que te cambia, es tan profundo, que cambia tu alma.
Gracias familia extendida por haber estado, gracias por las oportunidades, por mi evolución… gracias por los muchos y por los pocos, por los que me quieren y por los que no… por los que me enseñan y por los que aprenden, por los que me cuidan y los que me siguen y por los que siguen ahí y me abren su vida a pesar de la distancia.
Porque al estar lejos, con ustedes se siente cerca. Y el vértigo del cambio se elimina, te da confianza y te hace sentir en casa; como si nunca te hubieras ido, aun sabiendo que eres nueva. Y que cambias.
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