Cuando llega el mes de diciembre, llega también con él la música inconfundible del extraordinario Rodolfo Aicardi.
Y es que una navidad en nuestro país sin el ritmo contagioso de aquellos términos que solía utilizar Rodolfo en sus canciones como ¡UEY! o ¡ENTRA! sería distinta, sin alegría, pasajera…sin el brillo y el ritmo pegajoso y bailable de aquellas memorables canciones de este sin igual cantante que con méritos más que suficientes se ganó sin duda alguna, el seudónimo de “El Rey de los Diciembres”.
El músico Juan Carlos Diez (“El Apostol”) su fiel compañero y amigo de múltiples presentaciones, conciertos y parrandas con la popular orquesta la “Típica RA7”, retrocede la cinta de su memoria en donde están grabados infinidad de recuerdos y nos obsequia en esta entrevista, algunos fragmentos de la vida del más grande exponente de la música tropical colombiana de “aquellos” y de “estos” diciembres.
Por: Germán Posada
G.P.: Aún en vida Rodolfo Aicardi quiso que usted tomara la dirección de la “Típica RA7”. ¿Cómo se lo hizo saber?
J.C.D.: Rodolfo siempre luchó por no ausentarse de las tarimas. Volver a las tarimas era un sueño para él. Luego de su última presentación, el me llamó a los quince días y me dijo: “Potol registrá la orquesta y si yo no puedo volverme a subir al escenario no dejes caer mi música, mantenla arriba, que yo escuche todo el tiempo que mi música suene. Me da muy duro no salir”.
Yo no creía que el me hubiera cedido ese derecho porque la orquesta la creó él. De pronto uno se gana las cosas por el orden y la disciplina que uno maneja.
G.P.: ¿Cuál fue el origen de la “Típica RA7”?
J.C.D.: Rodolfo Aicardi estuvo con “Los Hispanos” antes de formar la “Típica RA7”. En la última salida que hizo el con “Los Hispanos” un 18 de septiembre de 1976 le dio por armar La “Típica RA7”. Al momento en que Mario Rincón le preguntó que como iban a planillar una producción que se estaba haciendo en el Estudio de “Toño” Fuentes él le contestó que “La Típica RA7” haciendo alusión a los siete músicos que en ese momento lo acompañaban.
G.P.: ¿Y usted hace cuanto forma parte de la orquesta?
J.C.D.: Yo llegué más o menos al año. Un Febrero del 78. Inicialmente eran dos trompetas, timbal, conga, piano bajo y un güiro. Era como una sonora al estilo de Nelson Henríquez o Pastor López. Cuando el proyecto empezó a tomar forma el público comenzó a pedir éxitos musicales que había tenido con “Los Hispanos”. Entonces tuvimos que adicionar otros instrumentos entre ellos dos saxofones y un trombón y así se volvió una orquesta de 14 músicos.
G.P.: ¿Como lo conoció?
J.C.D.: Yo lo conocí como baladista. Lo llegué a ver en los ensayos en el antiguo grill “El Argentino” en el sector popularmente conocido como “Las Camelias”. Rodolfo comenzó allí como guitarrista y baladista del “Sexteto Miramar”. Yo era un niño y me gustaba mucho la música, recuerdo que hacía un gran recorrido desde mi casa para llegar a ese grill y me asomaba por las ventanas y al verlos soñaba con ser también músico como ellos.
G.P.: ¿Cómo describe a Rodolfo Aicardi?
J.C.D.: Una persona más bien tímida. Esa timidez hizo que se mantuviera alejado de los medios. Era más bien un hombre solitario. Humanitario. Buen patrón. Pagaba muy bien. Se preocupaba por sus músicos y se enojaba cuando se presentaban contratiempos con los sueldos. Algo temperamental y sobre todo con lo que no se hacía bien. Fue muy exigente con su trabajo musical.
G.P.: ¿Qué lo hizo cambiar de su estilo de baladista al ritmo tropical?
J.C.D.: Su estilo como baladista se lo cambió “Discos Fuentes” a finales del 69 y comienzos del 70 con la salida de Gustavo Quintero de “Los Hispanos” para irse a fundar “Los Graduados”. Discos Fuentes ya había hecho unas pistas para Gustavo Quintero pero sin su voz y le propusieron a Rodolfo que si él se le medía a cantar en estilo tropical, a lo que respondió que sí. Su primera grabación fue “Papá y Mamá” y gustó tanto que luego le siguieron “Adonay”, “Olvidemos el pasado”, “El papelito blanco” entre otros, todos con un enorme éxito logrando un primer LP sensacional.
“Rodolfo Aicardi fué uno de los mejores exponentes de la música tropical colombiana. Para mí, el mejor. El más polifacético como artista. Todo lo que grababa pegaba.”
Juan Carlos Diez (“El Apostol”).
G.P.: ¿Realmente existía esa rivalidad entre Rodolfo Aicardi y Gustavo “El Loco” Quintero o era más invento de los medios?
J.C.D.: No hubo tal enemistad. Era una rivalidad de tarima pero en sus vidas personales fueron muy buenos amigos. Gustavo (qepd) visitó y estuvo muy pendiente de Rodolfo en su último año de enfermedad.
G.P.: Su verdadero nombre era Marco Tulio Aicardi Rivera. ¿Por qué tomó su seudónimo de “Rodolfo”?
J.C.D.: Su apellido tiene una descendencia italiana. Su hermano menor se llama Rodolfo y él decía que el nombre de su hermano era más sonoro que el de Marco. Cuando él fue a llevar la primera producción que sacó de baladas a “Radio Ritmos” con el título “Que quiere esa música esta noche” fue que nació “Rodolfo Aicardi” como nombre artístico.
G.P.: ¿Por qué cantó con tantas orquestas?
J.C.D.: En realidad Discos Fuentes más que todo armaba grupos de grabación como “Los Líderes” “Los Bestiales” “Grupo Monteadentro” “Los Hermanos Aicardi” con el fin de que todo no fuera con “Los Hispanos” o con “La Típica RA7”. Inclusive lo incluyó en algunos temas con “La Sonora Dinamita” con canciones entre otras, como “El Tizón”, “Carola”, El Ciclón”, pero a la larga los músicos éramos los mismos. Simplemente cambiábamos de estilo y así se hacían las producciones.
G.P.: ¿Llegó a ser en su momento el cantante más popular de Colombia?
J.C.D.: Sin duda alguna. Yo considero que ha sido el más polifacético. Y pienso que con el respeto que se merece Gustavo “El loco” Quintero, su único gran contendor y teniendo cuenta grandes cantantes en este género como Gabriel Romero, Rodolfo Aicardi para mí, fue único. Han salido muchos a imitarlo. Los que estuvimos tantos años con él nos damos cuenta de la diferencia tan abismal que existe entre él y quienes lo imitan. Aquí no ha salido el primero que lo imite tan bien incluyendo a uno de sus hijos, Charly Aicardi, para mí, el que medio se parece un poquito pero no canta igual.
G.P.: ¿Qué recuerda de la presentación de Rodolfo Aicardi en el Teatro Olympia de Paris?
J.C.D.: En su presentación en el Olympia de Paris en julio de 1982 lo llevaron sólo. El se fue con dos casetes de pistas y así cantó. En esa oportunidad su presentación constaba de un día y resultaron siendo tres porque todos los días había lleno total. A su regreso nos contó que había sido fuera de serie no solamente por la asistencia del público colombiano sino también por los franceses. Eso no lo había vivido a esa magnitud ningún artista nacional incluyendo a Carlos Julio Ramírez quien lo había precedido.
Luego en una segunda invitación si lo acompañamos. Era tan popular “Colegiala” que en un concierto de dos horas había que tocar esta canción cada 4 o 5 temas. Esta fue una gira de casi dos meses porque también estuvimos en Italia.
G.P.: ¿En cuáles países de América Latina se sentía mejor en sus presentaciones?
J.C.D.: En Perú y en Ecuador. Ir con Rodolfo a estos países era todo un acontecimiento. Su recibimiento incluía hasta desfile por la ciudad. Hay que resaltar que varios de sus compositores fueron peruanos cómo Walter León Aguilar, Manuel J. Larroche, Marino Valencia, José Guadalupe Esparza, Julio Carhuajulca y Manuel Mantilla, entre otros.
G.P.: ¿Cómo era Rodolfo Aicardi en el escenario?
J.C.D.: El hombre era tímido mientras se bajaba del carro y caminaba hasta el escenario. En tarima era otro Rodolfo. Su energía era un cambio total. Lo primero que decía para probar el micrófono era su popular ¡Uey!
G.P.: Cuáles eran las canciones de preferidas de su repertorio?
J.C.D.: Hubo varias. “Colegiala” porque se volvió la cédula de ciudadanía de la “Típica RA7”. Es la canción que continúa identificando la orquesta. “Cariñito” con la que siempre le gustaba iniciar los conciertos. La canción que más le gustó a él fue “La pena de mi viejo”. Otras con la que se conoció como baladista fueron “Nayla” y “Que quiere esa música esta noche”.
G.P.: ¿Cuál fue la última presentación en vivo?
J.C.D.: Fue el 26 de septiembre de 2006 en el Parque de Aranjuez en Medellín. Habían por lo menos unas 20.000 personas viendo a Rodolfo en escena y quién ya enfermo cantaba sentado.
Fue muy respetable que su familia ya no lo quiso dejar salir más a cantar. Esto a él lo deprimió mucho. Pero uno no sabe qué era lo mejor para Rodolfo. De pronto saliendo él hubiera tenido un aliciente diferente en su estado de salud.
“Si yo no puedo volverme a subir al escenario no dejes caer mi música, mantenla arriba, que yo escuche todo el tiempo que mi música suene.” (Rodolfo Aicardi).
Rodolfo Aicardi.
¿Qué representó Rodolfo Aicardi para la música colombiana?
J.C.D.: Rodolfo Aicardi fué uno de los mejores exponentes de la música tropical colombiana. Para mí, el mejor. El más polifacético como artista. Todo lo que grababa pegaba.
G.P.: ¿Cuál ha sido el desempeño de la Tipica RA7 después de la muerte de Rodolfo Aicardi?
J.C.D.: El legado de Rodolfo Aicardi ha sido inmenso. Y gracias a esto todavía trabajamos bastante. Yo creo que es la orquesta que mas trabaja en Colombia y la que más se mueve en Medellín. Nos movemos sobretodo en el Eje Cafetero, Santanderes, Boyacá, Meta, Cundinamarca, Tolima, Huila, Putumayo, Cauca, Norte del Valle y Nariño.
Llevar un repertorio de 320 temas a todas las partes donde vamos para que la gente tenga opción de pedirnos lo que quieran es maravilloso. Añadimos temas exitosos de “Los Hispanos”, cumpliéndole esa promesa que yo le hice manteniendo la orquesta en los primeros puestos. Fuimos la orquesta seleccionada por Fuentes este año para acompañar todos los videos de 14 cañonazos. Para acompañar artistas como Pastor López, Luis Felipe Gonzales y Jorge Juan Mejía, entre otros. “La Típica RA7” fue denominada cómo “La Fuentes All Stars”. Esto ha sido motivo de orgullo para nosotros.
“Yo no creía que el me hubiera cedido ese derecho porque la orquesta la creó él. De pronto uno se gana las cosas por el orden y la disciplina que uno maneja.”
Juan Carlos Diez. (“El Apostol”).
“Son de un licor”
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