María Cristina Caicedo.
Haber sido la esposa del recordado y famoso hombre de la televisión colombiana, Jimmy Salcedo, es quizás, el motivo de mayor recordación de un personaje como María Cristina Caicedo, que también con méritos propios, logró hacer nombre y dejar huella, en la historia de los medios en Colombia.
María Cristina Caicedo, estuvo recientemente de paso en nuestro país y antes de partir nuevamente hacia Italia, lugar en donde reside, tuve la fortuna de entrevistarla y percibir someramente en ella, aquel hechizo seductor que embelesa y fascina. Aquel, que, en otra época de la televisión colombiana, la distinguió sin equívoco, como una de sus divas.
El tiempo ha pasado, y aquel ímpetu y desborde de juventud que lidiaba la fama en la vida de María Cristina Caicedo, se ha reposado. Alejada completamente del ambiente de la farándula, su vida pasa apacible y sosegada, disfrutando del amor y la compañía de su hija y de su nieto, finalmente, sus seres más queridos.
No todo en la vida son alegrías, pero María Cristina Caicedo, está muy convencida, de que está viviendo la mejor época de su vida: “Soy un ser que, a través de mis años y de mi experiencia, del legado que me dejó mi madre y con mi madurez, ha aprendido a aceptar la vida, a practicar la misericordia y el agradecimiento y creo que la mejor época de un ser humano son estos años y me siento muy feliz de tener los años que tengo.”
Recordemos a través de esta lectura, algunas líneas en la existencia de esta mujer que con su voz, belleza y encanto, adornó en su momento, la vida de los colombianos.
Por: Germán Posada
Soñaba con ser bailarina y modelo, mejor dicho, ser parte del mundo del espectáculo. ¿Cumplió su sueño de niña?
¡Claro qué si! Desde muy muchachita yo bailaba danzas folclóricas. De hecho, aprendí mucho con los hermanos y sobrinos de Toto La Momposina. Ellos me enseñaron a bailar todos estos ritmos negros y en esas conocí a Eudhes Asprilla, un gran declamador de poesía negra. Con él y con la familia de Toto La Momposina, salíamos a presentarnos en las universidades, Eudhes Asprilla declamando y nosotros bailando.
Su relación con el recordado Jimmy Salcedo no puede pasar de largo en una charla con usted. ¿Quién fue Jimmy Salcedo en la vida de María Cristina Caicedo?
Yo a Jimmy Salcedo lo llevaré tatuado por siempre por toda mi vida. Él fue mi gran amor, mi primer amor. Fuel hombre que me introdujo por la puerta grande de la televisión y siempre tendré un agradecimiento inmenso hacia él.
Yo era muy joven y no tenía la madurez suficiente para manejar las situaciones de un Jimmy Salcedo que ya disfrutaba de la fama y de su vida bastante intensa. Eso fue lo que realmente nos separó, pero fuimos en su momento una pareja muy integrada y bella y él estará grabado en mi corazón por siempre, hasta que me lo lleve a la tumba.
Si bien Jimmy Salcedo fue crucial en su carrea del espectáculo, el también recordado Chinche Ulloa, tuvo su parte. ¿Qué vio de talento El Chinche Ulloa en usted?
En realidad, fue él quién me descubrió a mí y siempre le he tenido un gran agradecimiento. El me veía caminar por la Avenida 19 con 5ª que era por donde nosotros vivíamos y un día me dijo que necesitaba una imagen de una mujer como yo para que le sirviera de carátula para la portada de uno de sus discos. Yo acepté y me hizo una fotografía muy bella, de perfil, vestida de indígena con una pluma en la cabeza. A partir de esta fotografía, yo arranqué como modelo. Esos fueron mis primeros pinitos en el mundo del modelaje.
Fue portada en diversas revistas en Colombia. Por ejemplo, en una de las portadas de la revista Cromos, está exhibiendo sus senos a través de un vestido muy ceñido a su cuerpo, y la imagen está acompañada del párrafo que dice: el discreto destape de María Cristina Caicedo. ¿Para la época cómo fue aquello de arriesgarse tanto en una sociedad todavía tan conservadora?
Eran varias revistas las que cubrían el mundo del espectáculo en nuestro país y en todas estuve de portada en varias oportunidades. Al comienzo de mi carrera llegué a tener más portadas que incluso Amparo Grisales, posteriormente fue ella quien arrasó con todas las mujeres del medio.
Referente a la fotografía a la que haces mención en tu pregunta, te voy a contar una anécdota que tuve con Fanny Mikey. Cuando salió esa caratula que era bastante osada en ese momento, ella me llamó y me dijo graciosamente que mi fotografía era tan sólo una pequeña muestra de un desnudo y que ella en cambio ya había posado desnuda completamente.
La foto de aquella portada más que sexy, era tierna y bella. Si tu abrías la revista veías a una María Cristina completa bellísima. Yo estaba mostrando mis senos y quizás era escandaloso para la época, pero los resultados fueron muy buenos. La revista fue éxito en ventas y Cromos me siguió dando portadas sin que tuviera que ser desnuda. El cuerpo es parte importantísimo de la humanidad lo que pasa es que hay que saber mostrarlo.
¿Por qué el nombre de ‘La Caspiroleta’ de aquel famoso restaurante familiar?
La Caspiroleta fue una creación e idea de mi madre. Mi mamá era vallecaucana y en el Valle se come la caspiroleta que en el interior de Colombia se conoce como un postre que es un batido con leche, azúcar y ron. El nombre del restaurante como tal, fue un homenaje a nuestra tierra natal, así yo me haya criado en Bogotá. Mi mamá tuvo mucho éxito con su negocio con el que duró 25 años hasta que se murió. Seguramente si estuviera viva aún existiría el restaurante.
Muy cerca del restaurante, prestantes políticos tenían sus oficinas, algunos de ellos, el Dr. Carlos Lleras Restrepo y Belisario Betancur, también importantes empresarios de la industria del café y todos ellos concurrían al restaurante.
Recuerdo que Morris Harf, colaborador del El Dr. Lleras, lo acompañaba al restaurante. El Dr. Lleras, se enamoró de tal manera de La Caspiroleta, que incluso le cambió la receta de los frijoles a mi mamá sugiriéndole que no volviera a cocinar los frijoles con cerdo, esto con el objetivo de aumentar la clientela atrayendo las personas vegetarianas. La idea era que cocinara los frijoles con otro condimento natural en un utensilio aparte. Esto resultó ser muy positivo. En su revista Nueva Frontera en la cual tenía un seudónimo que era el bachiller Cleofás, nos hizo mucha publicidad, creo que él, fue nuestro trampolín para que las personalidades de Colombia vinieran a La Caspiroleta.
Sabe que a su buen amigo Armando Plata Camacho no se le cumplió en su momento su deseo de trabajar en Univisión y con usted pasó lo mismo. ¿A usted qué le pasó el día de la audición?
Esto se lo debo a Arley Londoño quién muy gentilmente me consiguió aquella audición. Le cuento que casi me muero del susto. Primero, me perdí y llegué tarde. Segundo, cuando llegué, me pusieron en una máquina de escribir que parecía un computador y la cual yo nunca había usado en mi vida. Me pidieron redactar una noticia para luego leerla, lo cual no pude hacer en aquella máquina.
Finalmente aceptaron que la escribiera a mano, pero obviamente fui rechazada y perdí aquella gran oportunidad.
Aunque hizo buenas relaciones en Hollywood, parece que ya estaba muy alejada del mundo del espectáculo. ¿Qué le hartó de esta sociedad en especial?
Quise tomar un aire distinto cuando me fui para la ciudad de Los Angeles e ingresé a hacer un curso en la Universidad de U.C.L.A. Para ese entonces estaba trabajando con la Revista El Millonarios y quería estudiar algo que fuera referente a los deportes. Me atraía la idea de trabajar en una entidad como Coldeportes.
Para aquel entonces Alberto Piedrahita Pacheco me referenció con Yamid Amat para hacer corresponsalías desde el exterior, pero esto me estaba quitando mucho tiempo. Yo estudiaba inglés de noche y luego iba a la universidad de día.
Al final no pude terminar mis estudios, esto yo nunca lo había contado, resulta que yo había hecho una campaña política para Alfonso López Michelsen y él y Ernesto Samper me prometieron ayudarme en un cargo consular en Los Angeles para poder mantenerme, ya que es una ciudad muy costosa. Me quedé esperando y nunca me nombraron y tuve que regresarme de nuevo. Ese fue el final de aquella etapa y cuando regresé a Colombia volví a la televisión.
Entre sus pretendientes estuvo Pelé. ¿Cómo era el Rey Pelé con usted?
Con Pelé fue uno de esos romances de momento, digamos que fulminantes, fue muy exquisito porque él era un príncipe, un gran señor. Durante su estadía en Colombia, iba a jugar tenis en las organizaciones de Ardila Lule. Me invitaba a comer y departíamos con más gente. El tocaba la guitarra y cantaba. Era muy encantador y culto.
Siendo novio de Xuxa me invitó a Nueva York y allí estuvimos departiendo y cenando los tres, pero él estaba muy enamorado y ese fue el fin de nuestra relación. De Pelé, tengo los mejores recuerdos.
La canción María Cristina me quiere gobernar ha sido muy popular, se escucha en son cubano, fue interpretada por los Panchos, de hecho, Cantinflas la bailó en una de sus películas y Jimmy Salcedo también le hizo arreglos. ¿Al parecer usted canta ahí?
Si, eso fue muy bonito. En primer lugar, tengo una anécdota preciosa con esa canción porque siendo yo una niña de ocho meses, vivíamos en Cali y mi mamá me vestía como una muñeca y me sentaba en el mesón de la cocina. Más arriba de nuestra casa había una zapatería y por allí pasaban los zapateros que trabajaban en ella y al pasar muy cerca a la ventana me saludaban y me consentían y yo también les hacía caritas, siempre coqueta desde chiquita (jajaja). Aquellas personas conocían aquella canción y de paso a su trabajo una mañana me la cantaron a través de aquella ventana. Esta fue la primera serenata en mi vida, ya luego con los años me dieron muchísimas más.
Yo estaba muy pequeña, todo esto lo sé porque mi madre escribía en un diario todos estos datos y porque además después con los años me los contó.
Cuando me casé con Jimmy Salcedo, él decidió hacerle unos arreglos a la canción y me puso a mí a cantar. Yo en realidad no soy cantante, pero él así lo considero, me entrenó y resulté cantándola en la televisión. De ahí se desprendieron muchos contratos para Jimmy en fiestas, matrimonios y celebraciones de la colonia hebrea de Colombia, en ciudades como Cali, Barranquilla y Bogotá. Los contratos contenían la cláusula de que yo era la que tenía que cantar y así Jimmy me organizo unas tres canciones más al repertorio para cumplir con estos contratos a particulares.
“Creo que la radio es lo más apasionante que hay en los medios porque tú puedes jugar muy bien con la voz.”
María Cristina Caicedo exhibiendo el libro de Gustavo Castro Caycedo: Lo que Nunca Olvidaremos.
¿Qué encuentra en Italia que pudiera marcar la diferencia de nuestra bella Colombia?
Colombia es única, siempre está en mi corazón y no cambio por nada la comida colombiana por la comida mediterránea. La única cosa maravillosa en la que los italianos nos llevan mil años de ventaja es su cultura, su arte, su historia. No quiere decir que nuestra historia no sea contemporánea a ellos.
Me parece que ahora Italia no es la misma que yo conocí en mi juventud. Todo ha cambiado en el mundo, e Italia a mi parecer, no tiene ese encanto de antes. Tengo una parte importante en Italia porque allí viven mi hija y mi nieto, pero yo soy feliz en Colombia.
Quedé viuda hace muy poco y esto me causó una gran pena. Días después de los funerales de mi esposo me vine para Colombia y hace dos meses que estoy en Colombia y he aprovechado para verme con amigos. Mi propósito es pasar la época fría del invierno en Italia, en lugares más cálidos de la costa colombiana.
Edith Piaf es una mujer a la cual usted admira. ¿Acaso encuentra algo similar en sus vidas?
Édith Piaf fue una mujer muy grande, un fenómeno de mujer. Ella, tuvo una vida en parte tormentosa y las historias de mi vida, algunas dolorosas, me han hecho la mujer que soy. Pero la verdad, no creo que pueda tener un paralelo con esa gran personalidad que fue Édith Piaf.
Soy su gran admiradora. Me encanta su música y su voz. Sus piernas decían eran las más lindas de Francia.
¿Con su hija Deborah, se cumple aquella famosa frase, en su caso, qué hija de tigresa sale pintada?
Yo diría que no tanto. Mi hija tiene una educación muy diferente a la mía. Mi hija tuvo la opción de vivir en Europa y es una mujer que habla 7 idiomas perfectos. Es graduada en Comunicación y Mercado del Arte y la Cultura y tiene un Máster en Arte Contemporáneo. Yo no tuve esas oportunidades. Cuando yo ya estaba trabajando en la televisión colombiana tomé un curso de periodismo para profesionales y por eso pude tener mi tarjeta de periodista. A mí me ayudó mucho que comencé muy joven mi carrera en modelaje y esto poco a poco me fue dando la experiencia en los medios.
Mi hija Deborah es además una artista. Es pintora y escultora y está considerando dedicarse plenamente a su arte.
¿Quién más que usted con su experiencia en los medios en Colombia para hacer un paralelo de lo que ha sido la evolución o quizás involución de su época a la actual?
Ya no soy de estar muy pendiente de la televisión, pero aprovechando este tiempo en el que he estado en Colombia, he podido notar en algunas de las presentadoras que impostan la voz. Yo no sé porque esto se está imponiendo cuando la voz natural es la más linda, la verdad es que eso a mí, no me gusta.
Cuando están como corresponsales siempre las acompaña un celular para apoyarse en lo que van a decir. En mi época uno sabía exactamente el tema del cual estaba hablando y no tenía necesidad de apoyos. Eso tampoco me gusta. Le resta credibilidad a lo que dicen. Esto me parece superficial, con falta de profesionalismo.
Considero que los noticieros de antes eran mejores que los que se hacen ahora. No cambio la televisión de mi época. Para entrevistar un personaje hay que prepararse muy bien y sacarle bastante jugo al personaje. Recuerdo de mi época en televisión el noticiero Telediario de Arturo Abella en el cual trabajé en una sección especial de cultura los domingos, si no estoy mal, comenzaba a las 8 p.m. Era muy bueno y el locutor Edwin Paz trabajaba allí.
Definitivamente la tecnología es maravillosa y eso es innegable, pero creo también que ha traído demasiados puntos negativos al planeta y uno de esos puntos, es la superficialidad. Ya la gente no lee, nosotros éramos lectores apasionados. No es lo mismo leer un libro en el teléfono celular o en el iPod, a leerlo en uno en el que puedes señalar y en donde estás más concentrado.
¿Por qué el mejor pasaje de su vida fue la radio?
Creo que la radio es lo más apasionante que hay en los medios porque tú puedes jugar muy bien con la voz.
En Todelar, yo hice un programa espectacular que se llamaba Una Mujer en la Noche que comenzaba a las 9 p.m. Los libretos y la música eran preparados por dos argentinos. Era una conexión directa con los oyentes, por ejemplo, aquellos señores que estaban en sus carros, que habían salido tarde de sus oficinas.
Recuerdo que alguno de los saludos si estaba lloviendo esa noche, era, Mi tarzán de los Andes buenas noches, en esta noche lluviosa y fría… y así comenzaba el dialogo con ellos, teniendo como cortina música de Simon and Garfunkel, por citar un ejemplo. Era un programa bellísimo.
Otras de mis experiencias en este maravilloso mundo de la radio como lo mencioné antes, fue en Estados Unidos, viviendo en la ciudad de Los Angeles, siendo corresponsal para Caracol en el programa Pase la Tarde, cuyo director era Alberto Piedrahita Pacheco. Con Edwin Tuirán Ruiz y Edgar Artunduaga alterné transmitiendo reinados de belleza a través de Radio Súper.
¿Parece que también tuvo una experiencia corta en el cine?
Una vez vino a Colombia el director de cine italiano, Nello Rossati, a hacer una película llamada La Fuga. Uno de sus protagonistas era Rodrigo Obregón y los sitios de grabación fueron cerca de Honda, región tolimense, yo tuve un papel de una campesina colombiana y me gustó mucho esta experiencia de 3 meses de trabajo intensos y pude darme cuenta lo que era un rodaje de una película.
Más que religiosa usted se considera un ser espiritual, que piensa en los demás. ¿Qué opina del acto tan mediatizado del líder espiritual Dalai Lama frente a un niño, para algunos completamente normal y para otros, grotesco y hasta sinónimo de pedofilia?
Yo esto ya le he hablado. Me parece que la gente va juzgando a priori sin conocer. Esa cultura del Dalai-Lama en la región en donde él vive, es vista como normal, como el actuar de un abuelo.
Es horrible que a un líder espiritual como lo es el Dalai-Lama lo estén tratando como un pedófilo. Primero tienen que mirarse en el ojo de ellos antes de señalarlo de viejo verde y pedófilo, son unos ignorantes que han debido ir a investigar bien, porque esa cultura permite y es normal que los ancianos, abuelos, jueguen con los niños con la nariz y junten sus lenguas sin ser algo malintencionado.
Me parece terrible la manera como se le ha juzgado. Me parece que es un crimen el que está cometiendo la humanidad con él. El Dalai Lama se disculpó por lo que hizo ya que no estaba permitido como en su país, pero es la falta de cultura de la humanidad que va dictando opiniones sin conocer a fondo.
Una de sus canciones favoritas es ‘Valió la Pena’ de Marc Antony. ¿Valió la pena su paso en el mundo del espectáculo?
¡Claro que sí! Valió la pena. Todo lo que me ha pasado en la vida valió la pena. Todas mis experiencias han dejado la mujer adulta que soy. La paz que tengo, el camino que estoy recorriendo con mi universo y mis energías. Si vuelvo a nacer repito esas experiencias porque fueron gratas y maravillosas.
¿Quién es María Cristina Caicedo?
Soy un ser que, a través de mis años y de mi experiencia, del legado que me dejó mi madre y con mi madurez, ha aprendido a aceptar la vida, a practicar la misericordia y el agradecimiento y creo que la mejor época de un ser humano son estos años y me siento muy feliz de tener los años que tengo y de crecer interior y físicamente porque hay que aprender a quererse con la decadencia que el cuerpo sufre.
El cuerpo es una ilusión y no hay que preocuparse por ello. Tenemos que preocuparnos por lo que tenemos dentro. Estoy muy satisfecha con la mujer que soy hoy. No cambio estos años por los 40.
Muchas gracias.
A ti por pensar en mí. Muy amable de tu parte.
“Todo lo que me ha pasado en la vida valió la pena. Todas mis experiencias han dejado la mujer adulta que soy”