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Luis Alejandro Medina: "Mi mayor riqueza como reportero es la credibilidad."

Luis Alejandro Medina con uno de sus 12 premios Emmy que ha ganado.



El periodista tunjano, Luis Alejandro Medina, es uno de los periodistas colombianos más destacado y galardonado en este país, durante su trayectoria profesional que ya suma casi treinta años desde que se radicó en él en 1992, junto a su familia.

 

"Este año estamos celebrando 40 años de vida profesional, yo comencé en 1984 en el Noticiero de las Siete con Juan Guillermo Ríos cuando abrió sus puertas ese informativo y ya son cuarenta años en el mundo mágico de la televisión, pero es como si hubiera sido ayer. Uno tiene que seguir siendo el mismo con la misma vocación, espíritu y compartir con los demás.", comenta con regocijo el reconocido periodista, en medio de un análisis personal de su trasegar periodístico, en EE. UU.


Luis Alejandro Medina es un hombre de fe como el mismo se describe y su vocación y entusiasmo por ayudar a los demás, lo identifican plenamente. "Para mí es lo mismo el presidente de los Estados Unidos que el inmigrante que está en Queens esperando por alguna alternativa de legalización.", puntualiza.


En esta amena charla, entre otros temas, dialogamos de sus inicios en el periodismo en Colombia, su salto al periodismo en los Estados Unidos, su consagración a las obras comunitarias, sus viajes, sus premios, su enfermedad, sus libros y su análisis en materia de política del acontecer en Colombia y en EE. UU.


Los invito entonces a leer  este compendio de vida personal y profesional de este cuarentón del periodismo.

 

    

 

 

Por Germán Posada.

 


Se unió a Telemundo 47 en el 95. ¿Qué lo llevó a partir de Colombia?

Comienzo por decirte que toda mi vida he sido una persona de fe y que mi vida entera han sido milagros. Yo era un estudiante de periodismo en Colombia, tenía unos 21 años y estaba en la Universidad Javeriana cuando el periodista Juan Guillermo Ríos en el Noticiero de las 7 se le ocurrió hacer un concurso y mandó cartas a todas las facultades. Quería tres reporteros recién egresados o que estuvieran en su último año. Efectivamente, nos presentamos unos 120 concursantes. El caso es que yo pasé ese concurso. Y así fue como entré a la televisión. Por concurso.

Lo volvería a hacer. Creo que es la mejor oportunidad para poder encontrar talentos y creo que Juan Guillermo tenía muy claro ese panorama. Así comencé en el Noticiero de las 7. Mi sorpresa fue en el primer día de nuestra reunión, cuando se me encomendó encargarme del Palacio de Nariño y del Congreso. Eran los años de la presidencia de Belisario Betancur Cuartas.

Fui el primer periodista que llegó a Armero a las tres de la mañana, después de que la semana anterior nos había tocado el Palacio de Justicia. Así que fueron años muy difíciles. Cuando se acabó el Noticiero de las 7 con Juan Guillermo, me fui a trabajar con Javier Ayala y Gabriel Ortiz, al Noticiero Nacional, como reportero económico y luego fui jefe de redacción.

Era también la época de Pablo Escobar, en la que trabajamos mucho, alguna vez el Canal 41 de Nueva York, necesitaba un reportaje que informara sobre aquel atentado en inmediaciones de la Plaza de toros La Macarena. El periodista Raúl Benoit de Univisión me llamó pidiéndome ese favor y yo acepté. Así comencé a hacer una serie de reportajes para el Canal 41 de Univisión.

Cuando Pablo Escobar se escapó de la cárcel, el director de noticias del Canal 41, Ricardo Álvarez, viajó a Colombia con el presentador y trabajamos durante dos semanas y a los treinta días más o menos, me llamó para decirme que si me interesaba irme como subdirector de Noticias 41. En aquel entonces, el hecho de no hablar inglés no fue impedimento para trabajar y me ayudaron con los trámites para mi familia. Fue una gran experiencia laboral, pero al año despidieron a Ricardo Álvarez y yo renuncié. Yo dejé muchas cosas en Colombia, siempre pensando en un posible regreso. Pero antes de regresarme a Colombia, empecé a colaborar con un programa de radio llamado Aquí Colombia, y en ese espacio de tiempo llamaron a Ricardo para trabajar en el Canal 47 quién me invito a trabajar con él y empecé de reportero sin hablar inglés. Ya son 29 años de labores en el Canal 47.               

 


¿De sus 4 Premios Simón Bolívar a lo mejor uno de ellos tiene más representatividad para usted?

Uno muy bonito realmente porque se pudo hacer en su momento por las circunstancias. Se llamó La Ruta del Café. En esa época en el Noticiero Nacional que tenía una audiencia impresionante en Colombia nos fuimos para una finca cafetera, acompañamos a un caficultor cuando comenzaba apenas la siembra de los granos, luego cuando va recogiendo la cosecha, luego nos fuimos hasta la cooperativa de café, que en esa época era la encargada de comprar la producción a los campesinos. Después nos montamos en un Willys y nos fuimos hasta el ferrocarril. Llegamos a Buenaventura y abordamos un buque de la Flota Mercante Grancolombiana y fuimos testigos del cuidado del café en alta mar, para lo que utilizan potentes ventiladores para que haya el clima perfecto y se pueda mantener la calidad del grano. Al final, cuando llegamos a Nueva York, se sirvió la taza de café. En esa época, Jorge Cárdena Gutiérrez que era general de la Federación, me dijo que nunca había visto un trabajo tan bonito de café con todo ese recorrido para contarle a la gente por qué nuestro café es el mejor del mundo y todo el cuidado que implica. Ese fue un Simón Bolívar que me llegó al corazón.  Lo sentía. Lo más bonito de la reportería es sentir lo que tú haces. La vocación.

Sea esta la ocasión para señalarlo y hoy esto lo hablaba con unos amigos. Lo importante no es ser el periodista más importante sino ser el periodista que más sirve. El mayor premio de periodismo más allá de los Emmys y los Simón Bolívar es cuando le podemos solucionar el problema a alguien. Cuando somos parte de la solución de un problema de un televidente, de una persona. Porque así es donde podemos ver la verdadera fuerza del cuarto poder que es la prensa no tanto por la presión y la influencia que ejerza, si no el servirle a la gente y ser un instrumento entre las autoridades y nuestra comunidad. No se me olvida algo que siempre decían Juan Gosain y Germán Díaz Sossa:  "somos la voz de los que no tienen voz", eso a mí nunca se me ha olvidado.

Te cuento del mejor premio a nivel espiritual y personal. Muy pocas veces una estación local es admitida en un vuelo Papal, y mi sueño era siempre viajar con el Papa. Yo he cubierto el Vaticano desde que comencé en el Noticiero de las 7, con la primera visita de Juan Pablo a Ecuador en el 83. En un viaje a Colombia se me dio la oportunidad y logramos estar con el Papa en el avión. Fue maravilloso, volver a recorrer el país acompañando al Papa. Esto, era lo que me hacía falta a mi en el periodismo.  

                


Doce premios Emmy. ¿Se pasó usted con los premios, cómo se siente ser tan galardonado?

En nuestra misión periodística es muy importante porque son reconocimientos que demuestran que no ha sido en vano el trabajo que se ha hecho. Nueva York no deja de ser la capital del mundo. El centro del periodismo mundial.

Lo interesante es que siempre los he recibido con humildad. Para mi es lo mismo el presidente de los Estados Unidos que el inmigrante que está en Queens esperando por alguna alternativa de legalización. Lo bonito es cuando hacemos sentir a la gente importante. Ya gané los premios que tenía que ganar en cuanto a periodismo. Me queda todavía seguir conquistando los de la gente. Hay que seguir trabajando.

A mi me ha gustado mucho la solidaridad. Cuando yo trabajaba en el Noticiero Nacional y Tunja cumplió 450 años, yo nací en Tunja, pregunté qué podía hacer por mi ciudad. Me dijeron que las instalaciones de la Fundación El Amparo de Niños se estaban en muy mal estado. En 1989 nos dimos a la tarea de la reconstrucción de la nueva sede. El gobernador de Boyacá Cesar Manuel García me dijo que había un lote disponible al lado del basurero. Aceptamos y yo hice unas 15 radiotones y seguí la obra desde Estados Unidos, creando el Comité del Divino Niño apoyando el Amparo y 20 obras sociales más. Hoy el Amparo tiene 90 niños, atiende madres gestantes y las paradojas de la vida, ese lote que era el basurero es hoy el predio más cotizado de Tunja porque la nueva vía de Bogotá a Sogamoso pasa exactamente por el frente del Amparo y muchos gobernadores me han llamado para saber si se los podemos ceder. Obviamente que no porque es una obra del pueblo y para el pueblo. Esta obra no ha sido politizada y es mi otra familia. Seguimos conectados con los niños y las religiosas, que son Colombia              

 


Licenciado en Filosofía ¿Por qué se licenció en esta ciencia?

Yo terminé bachillerato y en mi época era muy común el querer ser sacerdote y yo así lo quería. En aquel entonces, el arzobispo de Tunja, Monseñor Augusto Trujillo Arango, uno de los mejores oradores que ha tenido Colombia, me dijo un día que yo estaba muy joven y me sugirió irme a Bogotá a estudiar filosofía y que luego decidiera si quería realmente ser sacerdote para que estudiara teología. Efectivamente no era mi vocación, terminé la filosofía, hice el énfasis del periodismo en la universidad Javeriana y estando en el Noticiero Nacional hice el Magister en Economía, que fue todo un reto. Hace seis años la Universidad Santo Tomas me entregó el doctorado Honoris Causa en Comunicación Social.

Esa parte académica es fundamental y es el consejo que le da uno a los nuevos periodistas. Muchos todavía se van directamente al internet cuando están en la búsqueda de algo. La capacidad de búsqueda en los reporteros de épocas atrás ya no existe. Me parece que ahora los muchachos son muy facilistas. Yo no entiendo como hay reporteros que trabajan en un noticiero y solo están limitados a la noticia que tienen que hacer sin darse cuenta de que al final del día es todo un conglomerado y que conjuga en una realidad que tenemos que analizar. No podemos improvisar bien si no estamos preparados. La parte académica es importante pero lógicamente la experiencia es fundamental.             

 


Quién más que usted para opinar sobre hacer periodismo en Colombia y hacer periodismo en Estados Unidos. ¿Qué comparación haría?

Nosotros en Colombia hacemos un buen periodismo. Creo que la escuela de Colombia es fundamental para que uno pueda triunfar en un país como este. Porque ese sentido común que uno aprende, ese instinto indígena, que llamamos nosotros no lo ve uno aquí en este mercado. Esto nos ayuda a hacer ese periodismo ágil, fuerte, pero sin ser agresivo.  Me preocupa en Colombia la polarización de los medios, pero aquí tampoco no es que sea la excepción. Te conectas a CNN y te das cuenta de que hay una agenda pro-demócrata. Sintonizas Fox y sabes que hay una agenda pro-repúblicana. Se pregunta uno entonces en donde quedó la vocación de objetividad del periodismo.

En Colombia no somos ajenos a esa situación. Creo que las dos últimas campañas desafortunadamente sacaron a relucir ese tipo de periodismo que estaba un poco amañado. Los periodistas nos hemos vuelto los fiscales del país, de la opinión pública, cuando ese no es nuestro papel. Me preocupa que hay colegas que ya no son reporteros sino activistas que están promoviendo una determinada agenda. Vivimos momentos difíciles. El tema de la política en Colombia como aquí ha dividido una parte del periodismo y yo soy de los que dice que buena parte de la responsabilidad de la crisis que vive Colombia, también la tenemos que asumir los periodistas.

La pregunta es. ¿El escenario ha cambiado? Si. Porque ahora cualquiera puede hacer periodismo. Cualquiera toma una plataforma, monta su canal en Youtube. Los influencers comenzaron a reemplazar el periodismo y eso preocupa. Estas personas no cumplen con la misión del periodismo. Básicamente hacer periodismo hoy es difícil.

Confío después de un examen de reflexión en pensar que como periodistas podemos ser parte de la solución de los problemas de nuestro país que es en lo que hay que trabajar.

 


¿Justamente en Estados Unidos cual es la percepción qué se tiene del gobierno de Gustavo Petro?

Yo creo que el triunfo de Gustavo Petro significó un hito en la historia de Colombia. Yo mismo fui de los que destacó aquí que esa era la democracia y en ella hay quienes ganan y quienes pierden. Creo que era bueno para el país que tuviera un gobierno de izquierda. Más allá de la controversia me parece que todos tienen derecho a llegar en un momento dado a manejar la parte ejecutiva.

Que se estén dando circunstancias que preocupan mucho a la gente aquí, si.

Uno no puede negar que hay un ambiente de preocupación sobre todo porque ya se comienza a hablar de un tema como una Asamblea Constituyente y desgraciadamente cuando utilizamos esa palabra de inmediato a la gente lo que se le viene a la cabeza es el tema de Venezuela. La pregunta que se hacen desde el exterior es si Colombia va a ser una nueva Venezuela.

En mi opinión, no lo creo. Para mí, el presidente Gustavo Petro estará terminando su periodo como lo debe ser, creo que tiene su estilo de gobierno que hay que respetarlo, la democracia implica respeto y es ahí donde los colombianos tenemos que entender que estamos frente a un gobierno que nos guste o no nos guste lo eligió el pueblo colombiano.

Yo no se si lleguemos a una Asamblea Constituyente porque creo que si algo tiene Colombia es el respeto de sus instituciones democráticas. Creo que Colombia sigue siendo el mejor país del mundo, el mejor vividero como así lo llamamos. Al final del día, Colombia es como el ave fénix, se levanta de nuevo.

Es el país que tenemos, queremos, y que tiene que seguir con su trayectoria histórica.                                   

 

Se le reconoce como un gran viajero. ¿Qué viaje en especial nos narra en esta entrevista?

El viaje con el Papa fue único. Para mí como católico estar al lado del Papa fue extraordinario. Lo que significó volver a Colombia y poderlo recorrer fue una maravilla. Puedo decir que conozco casi todo el mundo. Admiro mucho los orientales. Si vemos todas las imágenes asiáticas, notamos que tienen las orejas grandes y la boca pequeña, y esa es parte de la filosofía oriental. Hay que saber escuchar más que estar hablando todo el tiempo.  

A Israel voy desde hace 24 años porque escribí un libro que se llama Crónicas con Jesús y a raíz de ese libro se me ocurrió llevar a peregrinos y pasar con ellos semanas en tierra santa. Este año por el tema de la guerra no lo pudimos hacer.

Yo soy una persona de mucha fé. Cuando tuve el cáncer la gente se sorprendía porque nunca me quedé en cama. Tuve una quimioterapia intensa, tenía que usar peluca y así seguía trabajando y tuve unas experiencias bien interesantes que me confirmaron que primero Dios, desde que me presenté a un concurso y entré a la televisión y la compañía de la virgen María, han sido fundamentales en mi carrera.

 


¿De qué se trata su libro 'Mi Lucha de Fe'?             

Yo tuve un cáncer hace 18 años y a raíz de esta experiencia en mi vida, escribí un segundo libro que se llamó 'Mi Lucha de Fe'.

Cuando a uno le da cáncer uno piensa que se va a morir y eso es normal. Pero encuentra uno que no. Que es una lucha. Yo escribí el libro porque pensé en tanta gente que se deprime, en tanta gente que cree que se va a morir. Y ese libro le sirve como carta de navegación porque además contamos consejos de qué hacer cuando uno tiene cáncer. Qué comer, cómo cuidarse, cómo subir las defensas, pero también la parte espiritual, cómo fortalecerse. De hecho, la conclusión del libro es que el diez por ciento lo hace la medicina y el 90 por ciento la actitud y en ella está la fe de la persona y su profunda creencia.

Yo siempre digo, uno hace lo humano y Dios se encarga de hacer el resto. Y 'Mi Lucha de Fese creó para ello. Para ser una mano amiga, para ser una orientación, y que la gente sepa que el cáncer es otro desafío en la vida con el que uno tiene que luchar, pero sin estar pensando en que se va a morir necesariamente.        

 


Recientemente hablé con el periodista Juan Guillermo Ríos a propósito de la reportería. ¿Qué es lo que más disfruta usted de la reportería?

La reportería es la esencia del periodismo. Nosotros somos testigos de la historia. En estos días me toco cubrir los tres juicios de Donald Trump aquí en Nueva York, y yo pensaba dentro del corte sentado y le daba gracias a Dios, porque es un privilegio ser testigos de la historia. Los reporteros tenemos la misión de contar la historia. Estamos en estos momentos en Estados Unidos viviendo una trascendencia histórica porque nunca se había juzgado un presidente, pero más allá de eso, ahí uno siente la responsabilidad que se tiene de informarle a la gente bajo parámetros de objetividad que es muy difícil, porque lógicamente cada persona tiene su tendencia, pero nuestra gran responsabilidad es contar la verdad. Y la verdad a veces tiene sacrificios y es ahí, es en donde queda la conciencia como reportero de ser lo más creíble posible.

Mi mayor riqueza como reportero es la credibilidad. Nunca me han tenido que rectificar gracias a Dios. Siempre al lado de la verdad. Eso me ha permitido ser uno de los reporteros más premiados, he ganado 12 premios en total en Nueva York. He ganado dos veces como mejor periodista político en esta ciudad por encima de los colegas de los canales americanos. Eso significa credibilidad.

Es increíble, pero durante todo el juicio de Donald Trump, el Canal 47 de Telemundo, le ganó a todo el mercado de Nueva York.

Esta es la mayor satisfacción que uno tiene. Por eso ser reportero es ser testigo de la historia, pero con una responsabilidad muy grande porque no es lo que tú quieras decir sino lo que la verdad implica y lo que la gente debe conocer acerca de un hecho. 

 


"Ser reportero es ser testigo de la historia, pero con una responsabilidad muy grande porque no es lo que tú quieras decir sino lo que la verdad implica y lo que la gente debe conocer acerca de un hecho."

Luis Alejandro Medina cubriendo elecciones en la ciudad de N.Y.

 


¿Qué es lo bueno y lo no tan bueno de las nuevas tecnologías, las redes sociales, las nuevas plataformas?

Yo creo que la tecnología sirve, es fundamental y es básica, pero no tenemos que abusar de ella en el periodismo.

Es importante que cuando nosotros tengamos que cubrir una noticia nos demos a la tarea de escudriñar, averiguar, investigar. En mis clases de periodismo le digo a la gente que es importante que tengamos la capacidad de poder contar la historia con los diferentes elementos. Yo, por ejemplo, no hago una noticia si no tengo las dos partes. Creo que es la mejor objetividad con la que uno puede cumplir. Me preocupa muchísimo que hoy con tanta facilidad por la tecnología estemos sacrificando la vocación del periodista por el facilismo de una noticia y es así como debemos pensar sobre nuestra responsabilidad.

En este mundo moderno, los periodistas debemos saber utilizar la tecnología y las herramientas que nos brinda el internet, pero sin estar vendiéndonos como periodistas a esa misma tecnología. Suena un poco curioso e irónico, pero es la realidad y ese es el gran reto que tenemos todos los días.     

 


Usted, como el periodista Germán Díaz Sossa, coinciden en decir que las buenas noticias a veces no son buenas noticias. ¿Prima el amarillismo y la violencia porr el raiting en los medios?

Lo acabas de decir. Los medios solo piensan a veces en los raitings y desgraciadamente todo lo que sea sangre y crimen. Todo lo negativo es noticia.

Una de las cosas bonitas que hice en Nueva York durante veinte años fue que recién llegué a esta ciudad, Luis Orlando Murcia una persona que ya hoy está descansando de la paz del señor, me dijo que aquí nadie sacaba noticias positivas de Colombia y creamos un periódico que se llamaba Hechos Positivos.

Duró veinte años, pero se acabó con la pandemia. Nos dedicábamos cada mes a sacar solo noticias positivas de la comunidad.

Fue una experiencia gratificante porque logramos demostrar que las buenas noticias también son noticias y que le gustaban mucho a la gente. Pero en general en los medios grandes el factor raiting es el que a veces marca la tendencia y las orientaciones de editoriales de un medio, y por esa razón a veces las buenas noticias quedan a un lado para dar paso siempre a aquello que vende, que es sangre y crimen, porque es lo que más le gusta a la gente. Esto es algo con lo que yo he luchado toda la vida.         

Hechos Positivos fue una experiencia linda, se acabó por la pandemia como ya lo dije, pero creo que también fue una consecuencia de como el internet ha cambiado tanto las cosas y los periódicos físicos se han visto afectados por esta evolución tecnológica.   

 


¿Quiénes han sido influencias importantes en su carrera?  

Ahora mencionaste a Germán Díaz Sossa. Yo a Germán lo considero uno de los mejores periodistas con un don de transmitir las grandes noticias. Fue mi compañero de tertulias, compartimos muchísimo. Un gran ser humano. Un señor que le cabía Colombia en su cabeza.

Y si me preguntas quién ha sido el gran maestro, Juan Guillermo Ríos.

Juan Guillermo comenzó con la figura del anchor en la televisión colombiana. Aprendí mucho de él. Fue un regalo de Dios haber trabajado con él.  Recientemente conversábamos y recordábamos aquellos momentos.

También una figura que ya no nos acompaña, Javier Ayala. El gran periodista económico de quién también aprendí muchísimo. Gabriel Ortiz, con una gran habilidad y talento para lo que era televisión. Lógicamente el maestro Juan Gosaín. Todos ellos, fundamentales en mi carrera.

 


¿Qué puede decirme de Yamid Amat y Juan Gossaín?

Fueron los grandes periodistas que abrieron el camino. Que se atrevieron a desafiar en su momento las circunstancias de la realidad colombiana. Los dos, en la radio, unos verdaderos maestros que cambiaron esa manera de hacer periodismo para volverlo conversado.

Es increíble lo de Yamid Amat. Hay reporteros que se quedan hasta el último día de sus vidas y eso parece ser lo de Yamid, que por lo que vemos, no está pensando en el retiro. Aquí había un reportero que tenía 90 años y seguía trabajando en 1010 WINS, se llamaba Stanley Brooks y murió haciendo su labor de reportero en la calle. Lo de Yamid es entendible, hay personas que hay que respetarles su manera de pensar. Podría haberse retirado ya pero todavía no lo ha considerado.

Juan Gossain, todo un maestro. Ya retirado, está descansando en Cartagena y esperemos que se recupere de su más reciente dolencia.  

 


¿Qué es el sueño americano para Luis Alejandro Medina?

El sueño americano es poderle seguir ayudando a la gente lo máximo. Yo, gracias a Dios no tuve que pasar por estas circunstancias en la que ha estado una gran mayoría que vienen por acá.

A mí el sueño americano me buscó, me encontró, lo asumí y es por eso por lo que me he echado a hombros el sueño americano de mucha gente.

Ha sido bonito ser testigo de cómo gente se ha podido realizar y ver su sueño. Al final este es el país de las oportunidades, y el reto es como la gente puede lograrlo, que no es otra cosa que su realización humana y profesional en este país.       

 


¿Repite Donald Trump cómo próximo presidente de los Estados Unidos? ¿Cómo están las cosas con el reciente atentado que sufrió Trump?

El escenario actual es muy complicado porque tenemos un presidente cuyos problemas físicos ya han salido a flote y el último debate fue terrible para Biden. El manejo migratorio ha sido terrible porque no cumplió con su promesa de reforma migratoria y en cambio sí dividió a los inmigrantes al haber abierto las fronteras permitiendo que entrara tanta gente con derechos que no tienen personas que ya viven acá desde hace décadas.

A ese escenario le sumamos el hecho de que Donald Trump es una persona que tienen el apoyo de muchos norteamericanos. Aquí no podemos negar que esté polarizado el país y que hay una fuerza muy grande de derecha. A pesar de todos los problemas judiciales que ha tenido Trump, estos se han convertido irónicamente en un apoyo para su campaña. Biden así quiera continuar, la mayoría de los donantes grandes del Partido Demócrata están diciendo que no van a seguir aportando dinero si el candidato es Joe Biden.

 

En cuanto al atentado, me preocupan los protocolos de seguridad. El tema clave, es que efectivamente esto cambia el curso de la campaña. No sé si esto que le pasó a Donald Trump le sirva para cambiar un poco su lenguaje y su retórica de odio, de venganza, de polarización, por un lenguaje más de reconciliación y aprovechar este momento de unidad de la democracia que aquí ha generado su atentado.

Esto le manda un mensaje al mundo de que era una campaña muy polarizada. Aquí se estaba utilizando una guerra muy sucia en cuanto ataques de las campañas y esto prácticamente ha vuelto a replantear el tema de la democracia y tanto demócratas como republicanos han dejado claro de que por encima de cualquier diferencia política, está la libertad y la democracia de esta nación, que hay que defenderla a costa de lo que sea.

 


¿Este atentado beneficia a Donald Trump en su carrera por su segundo mandato en la Casa Blanca?  

Indiscutiblemente. No cabe duda. Recuerde que los procesos criminales en su contra se convirtieron en palancas para reforzar su propia campaña presidencial.

Eso da una idea de que es una persona que ha tenido que pasar por varios procesos criminales y ahora sobrevive a este atentado y en nuestras democracias en general, el concepto de vida es clave.

Recordemos en Colombia cuando lo de Galán que Gaviria se convirtió en presidente. En Panamá con la señora Chamorro. En este caso lógicamente estamos hablando de un candidato que sobrevivió, pero que ya de por sí, la gente dice que si sobrevivió fue por algo. Indiscutiblemente este hecho lo está catapultando, diría yo, para la presidencia en medio de los problemas que también enfrenta Joe Biden.     

 


¿Un candidato opcional que pueda llegar a reemplazar a Biden?

El gobernador de California o el de Pensylvania, pero hay una encuesta que llama la atención que se hizo y que muestra como la única persona que le podría ganar a Donald Trump en un escenario que sería Michelle Obama. Ella ha dicho que no quiere ser candidata, pero no significa tampoco que en un momento dado les diga que hay que salvar el Partido. Es la única aspirante demócrata de todos los que aparecen opcionados para reemplazar al presidente Biden, si se llega a ese punto.     

 


¿Quién era y quien es ahora Luis Alejandro Medina?

Cuando estaba en Colombia hace 30 años, era un periodista feliz, contento de lo que hacía, tuve la oportunidad de trabajar en los dos mejores noticieros, El Noticiero de las Siete y el Noticiero Nacional, no solo por la sintonía sino por lo que representaba estar allí.

Se dio la coyuntura de venir a este país y aquí profesionalmente nos ha ido muy bien pero hoy día es un periodista agradecido de la vida, de Dios, de la virgen, contento con el trabajo que se hace para la comunidad y muy consciente que como periodistas tenemos que seguir trabajando por ella. Que nunca nos cansemos.

Algo muy importante, detrás de cualquier éxito está la familia. La familia es fundamental. Tengo la mejor esposa que se llama Soraya, dos hijos, tres nietos. Comienzas a ver que la prolongación de la vida se va dando y que también es el momento de comenzar a enseñar lo que hemos aprendido para compartir.

Seguiremos trabajando porque como decía Albert Camus, el periodismo es la profesión más bella del mundo. 

 


Muchas gracias.

A ti muchas gracias, un gusto saludarte. Agradecerte por ese tipo de conversaciones porque lo más significativo es que logras encontrar en cada persona esos puntos para destacar que le puedan servir a las futuras generaciones de periodistas.        

        


"A mí el sueño americano me buscó, me encontró, lo asumí y es por eso por lo que me he echado a hombros el sueño americano de mucha gente."

Luis Alejandro Medina en compañía de su hijo y sus dos nietos.

 

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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