Humberto Rodríguez Calderón.
“Yo soy un animal de radio y no necesariamente por lo de “El Gato.” Así se refirió en algún momento de esta entrevista, el reconocido locutor y presentador, Humberto Rodríguez Calderón, a quién en los medios se le distingue por su apodo de “El Gato”. Y es que cuando él se refiere a ese “animal de radio”, deja percibir de inmediato, su gusto y su pasión, por devorar radio.
Humberto ya jugaba a ser locutor desde niño, pero lo hacía casi que, por inercia, repetía frases que usualmente escuchaba en la radio, pero en algún momento de su vida, entendió que estar entre micrófonos, sería su estilo de vida.
Tranquilamente podría llamársele “El gentleman de la radio”, su estilo, amabilidad y sencillez, lo caracterizan. La conversación con él fluye y se hace agradable.
Su voz y su estilo irrumpieron de manera positiva, ganando rápidamente aprobación para situarse de manera merecida, entre grandes pilares de la radiodifusión colombiana. Su programa “La Hora del Gato”, no puede pasar desapercibida al hablar de su carrera radiofónica.
Más joven, acarició la idea de ser piloto naval, pero la vida le mostró que comunicar, era otra manera de pilotear su destino. Sus tiempos de vagancia estudiantil han quedado en el recuerdo y actualmente, Humberto Rodríguez Calderón, vuela entre la televisión, piloteando el legendario programa Sábados Felices y su Podcast El Poder de la Música.
“Al final de cuentas lo que me gusta es comunicar, bien sea en la radio, en la televisión o con mi podcast.”, concluye.
Por: Germán Posada.
¿Cómo ve hoy el hecho de haber sobrevivido a la muerte cuando nació y llevar una vida próspera, con éxito?
Eso del éxito es relativo, depende de la perspectiva o desde el punto que uno vea el éxito. Si me considero una persona exitosa porque tengo una familia hermosa que amo y me ama y un hogar muy lindo y creo que más allá de las cosas que uno pueda alcanzar profesional o económicamente en la vida, lo que uno más añora es lo que pueda realizar como papá, esposo, compañero, amigo, ya lo otro viene como añadidura.
Referente al tema de mi salud al nacer, esa historia es mi mama quien evidentemente la sabe a la perfección porque eso fue precisamente el día de mi nacimiento. Yo nací con una pulmonía muy fuerte, estamos hablando de finales de los años 60, en donde no existía toda la tecnología actual, era entonces difícil que se hubieran dado cuenta de mi estado de salud y prevenir mi pulmonía. Una vecina de mi mamá fue quién se dio cuenta que me estaba poniendo morado hasta que finalmente tomaron acción los médicos y me tuvieron en incubadora. Yo no sabría decirte que puede significar esto porque no era consciente, pero creo que uno en la vida viene con propósitos y por lo menos lo que espero en mi es de poder comunicar alegría, cosas bonitas y positivas. En este camino de comunicador a veces se tiene que informar cosas que no son tan agradables pero el propósito es hacer las cosas de la mejor manera y con una ética profunda.
¿Por qué parte de su infancia la vivió en Estados Unidos?
Desde los 5 años estuve entre Colombia y los Estados Unidos, específicamente Nueva York y New Jersey. Hay que resaltar que en Estados Unidos vive mi tía, una hermana de mi papá, y aprovechando que mi papá era piloto comercial, además que los tiquetes salían gratis, podíamos viajar cuantas veces quisiéramos. Después de un tiempo de ir y venir, mis papás decidieron que una buena opción era que me residenciara en casa de mi tía para que me dedicara al inglés y además estudiara y fue así como permanecí hasta los 11 que regresé a Bogotá.
Tengo entendido que desde niño le atraía el gusto por la locución. ¿Cuál sería el momento que usted elegiría para decir definitivamente lo mío son las comunicaciones?
Hay dos puntos de la vida.Primero, cuando tenía 5 años de lo que me acuerdo y también con la ayuda de mi tía en Nueva York, cuando íbamos en el carro. Al apagar la radio, yo decía: ¡Bienvenidos a la hora de los enamorados y ahora música de José A. Morales! Para la época yo no tenía idea de quién era José A. Morales, pero seguramente lo oía en la casa y así lo repetía. Esto era como jugando a lo que oía en la radio, a las voces que de repente escuchaba en Colombia como en los Estados Unidos.
La decisión de irme por los medios de comunicación fue mucho más adelante casi a los 19 años cuando estaba terminando colegio en la República Dominicana en donde viví nueve años. Mis intenciones eran seguir el camino de mi papá, de ser piloto. Además, para la época estaba en su furor la película Top Gun y me parecía fascinante ser piloto naval, pero en Estados Unidos me resultaba muy difícil pensar en esta carrera.
Amigos del colegio siempre me resaltaban que mi manera de comunicarme era muy especial y poco a poco fui deduciendo que lo mío era comunicar de alguna forma y lo primero que estudié fue publicidad.
Elton John, Paul McCartney, Sean Connery, Mick Jagger, fueron nombrados en su momento, Caballeros, por la Reina Isabel II. Usted es reconocido como todo un caballero. ¿Cómo se siente por esta noble distinción?
(Jajaja). Uno trata de ser lo más honesto y al mismo tiempo lo más respetuoso que uno pueda en la vida. Yo soy papá de dos nenas que cada vez están más grandes y creo que con el ejemplo uno aprende y aplica. Mi papá fue un hombre muy caballeroso. Yo fui criado en medio de dos hermanas mayores y alrededor de tías. De manera que esa caballerosidad venía, digamos que muy natural y la vi muy de cerca siempre y es a eso que yo lo atribuyo. Creo que en la vida el hecho de que unos sean más caballerosos que otros, depende más de cada personalidad. Me parece que por ahí va la cosa.
¿Qué representó “La Hora del Gato” en la vida de Humberto Rodríguez Calderón?
El inicio de algo muy bonito porque era volver a mi país y comenzar de cero un camino que yo ya había iniciado en el año 89 en República Dominicana con éxito.
Cuando en el año 94 llegué a Bogotá y empecé a desarrollar ese proyecto, primero, me generó el apodo, y además me abrió una serie de puertas muy importantes a nivel comercial, intelectual y económica.
Hasta el día de hoy agradezco y cada vez me encuentro con personas que generacionalmente oían el programa cuando estaban en el colegio o en la universidad, lo cual me parece maravilloso al tiempo que me siento dinosaurio, pero chévere, porque ahí vamos y estamos vigentes en todo lo que hacemos. Definitivamente, ese programa representa muchas cosas lindas para mí.
Esto quizás se lo han preguntado mucho y yo no voy a ser la excepción. ¿Por qué El Gato?
El Gato viene del año 94 cuando yo me devolví a Colombia y estaba apenas naciendo una emisora llamada La Mega. Una emisora que era la respuesta de RCN a la cadena Caracol que tenía un grupo de emisoras juveniles muy exitosas llamada Radioacktiva y RCN, quiso montarle competencia y montaron la cadena juvenil llamada La Mega.
Cuando volví a Bogotá, Alejandro Nieto (Q.E.P.D.), un hermano de la vida me dio la oportunidad de trabajar allí. Alejo había traído -digamos que como prestados- algunos nombres de programas de la radio venezolana. De hecho, cuando él montó la emisora, había traído hasta el nombre de la emisora que era La Mega, y que se podía montar sin ninguna clase de conflictos. Uno de los nombres de programas que trajo fue La Hora del Gato.
Ese programa lo comenzó a hacer el ‘Kurro’ Zapata que era el programador en ese momento y lo hacía los domingos de 9 a 10 de la noche. Cuando yo llegué a la emisora, venía de una emisora adulta contemporánea y Alejandro entendió que mi estilo, se acomodaba más para lo que él quería y yo terminé haciendo el programa.
Al poco tiempo fue muy exitoso. La Mega era una emisora crossover en donde durante el día desde las 6 am hasta las 9 pm, se oía merengue, rock en español, vallenato, era ese momento de la radio crossover en Colombia y en la noche llegaba yo con un tono mucho más bajo a poner música adulta contemporánea en español y en inglés. Ese contraste ayudó a que el programa adquiriera rápidamente fuerza y en una entrevista que me hizo Sergio Ramírez, un periodista amigo que escribía para la revista Tv Guía, me preguntaba sobre el título y yo le conté la historia que venía desde de Venezuela, pero el insistía en buscar el porqué de El Gato, de esta manera me pidió mis datos y mi signo zodiacal que es Leo y sus características felinas casi que en su totalidad, se acomodaban a mi personalidad y así me quedé con el apodo de El Gato.
Me gusta su actitud cuando dice que no se da ínfulas de celebridad a la hora de pasar un casting.
De repente en lo que yo hago, a lo que me dedico, yo pensaría que en cualquier área humana cuando una persona es requerida para evaluar su desempeño, su calidad o su talento, primero uno no debe temer si somos seguros de lo que somos y tenemos. Segundo, al final quien lo busca a uno para trabajar en el área que sea, tiene la potestad de tomar la decisión por quien más le interese y que se acomode a las necesidades de lo que está buscando. Si uno entiende esa parte, uno le da el valor justo al trabajo que hacen las personas cuando buscan a un talento para que pase una audición. La humanidad debería entender que hay espacio para todo el mundo, que podemos compartir y que la idea de ser el mejor o querer ser el mejor, siendo muy seguros de nosotros mismos, no podemos presumir porque ahí perdemos puntos.
Perdemos la humildad que es una de las cosas que más hemos aprendido en casa. A ser humilde sin decirlo, porque apenas lo decimos, dejamos de serlo.
El formato de la radio juvenil en Colombia tiene su historia aparte y usted es parte de esta interesante historia. ¿Qué representa ser uno de sus protagonistas?
Yo creo que es un compromiso a parte del orgullo que eso puede generar de la satisfacción de aportar algo. Sigo vinculado a los medios en Colombia de una u otra manera, televisión, radio, podcasting, etc. Creo que es el compromiso de siempre estar consciente de hacer las cosas bien, con ética y responsabilidad. Yo soy un agradecido de eso porque realmente mi aporte pequeño, grande o mediano, como cualquiera lo quiera interpretar, es parte de un ser humano, de un hombre que, con el talento, con las ganas, con la entrega y con la dedicación, ha querido dar lo mejor de sí y aportar lo que más pueda a los medios de comunicación.
Con Andrés Nieto Molina, estudié Comunicación Social y Periodismo, en la Jorge Tadeo Lozano, en Bogotá, e hicimos nuestra tesis sobre la radio juvenil en Colombia y ahí, es en donde uno se da cuenta que desde la época de personalidades como Carlos Pinzón, Alfonso Lizarazo, Manolo Bellón, uno es un granito de arena en toda ese surgimiento de lo que ha sido esta parte de la radio colombiana que no solamente se circunscribe a Radioacktiva y a La Mega en los años 90 y hay que ir hasta finales de los años 70. Armando Plata Camacho, por ejemplo, fue determinante para la radio juvenil en Colombia, luego llegaron un Tito López y Donnie Miranda en Medellín, y uno hacer parte de esos nombres, de alguna manera, es muy satisfactorio.
En edad adulta y establecido en Colombia, por diversas razones decide irse a probar suerte a Estados Unidos. La gente normalmente piensa que alguien ya reconocido como usted llega con todo servido en bandeja de plata. ¿Cómo fue abrirse camino allá?
Creo que he sido muy afortunado. En ese momento lo fui y estoy muy agradecido por eso. Yo soy contigo tal cual como soy en casa y si me pones una cámara en frente es lo mismo. No hay nada impostado, es honestidad. Esa autenticidad es la que uno tiene que transmitir en la vida porque si no, para que estámos.
Nunca he creído que soy superior a nadie. No me parece que es lo correcto en un ser humano que trabaja, que tiene ganas. Cuando llegué a Estados Unidos inicialmente sabía que tenía que hacer el recorrido que todos hacen, que es ir, tocar puertas y pasar pruebas. Comenzar de cero sin decir el típico Usted no sabe quién soy yo. En Miami, siempre hay mucho talento de toda América Latina con el que uno finalmente compite. Yo creo que la mayor competencia que uno tiene en la vida es con uno mismo, podrá ser muy cliché, pero es así. Entonces para que dárselas de que uno es mejor que los demás.
Y cuando digo afortunado es porque siempre le aparecen a uno angelitos en el camino y ahí surgieron unos que me hicieron la carretera no tan destapada, sin tanto hueco, abriéndome algunas puertas, y eso si te digo, que no desaprovecho y que hay que tener esa convicción de que tiene uno las ganas y el talento para defender lo que hay.
“He querido dar lo mejor de mí y aportar lo que más pueda a los medios de comunicación.”
Humberto Rodríguez Calderón.
Un profesional de su estilo, que reúne, digamos: glamur, inglés, radio juvenil, medírsele a presentar Sábados Felices, un formato de humor, de chistes, más popular y además con esa imagen que dejó en especial, Alfonso Lizarazo, que, para muchos, es considerada la mejor época del programa. ¿Cómo fue ese reto y cómo lo ha asumido hasta el día de hoy?
Yo ya llevo 12 años al frente del programa. Creo que hay que tener en cuenta el contexto histórico que vive el programa. Siempre las generaciones se van identificando con unas y otras cosas. Sábados Felices es un programa que es único porque primero que todo, no hay un programa que tenga 51 años al aire ininterrumpidamente. Ya hemos hablado en repetidas ocasiones del Guinness Record que tenemos y es maravilloso decirlo porque es un hito que no todo el mundo puede contar. Me parece que lo que hizo Alfonso Lizarazo, que le debemos tanto, era una época. Lo que pasó después cuando estuvo J. Mario Valencia, luego con Hernán Orejuela, y ahora yo que llevo 12 años, son épocas que están cambiando y los humoristas van y vienen y siempre hay renovación y cosas diferentes.
Me parece que uno de los secretos de Sábados Felices es eso. Que se ha ido renovando y adaptando a las épocas tecnológicas y digitales, que han surgido en los últimos años y aparte del talento y representación del humor en las diversas regiones del país, eso lo hace único. Ya es cuestión de percepción personal, de gustos, de saber que hay una generación que de repente prefirió una época a otra y ante eso poco hay que hacer porque si nos quedamos pensando en lo que fue, jamás vamos a poder llegar a ningún lado.
¿Con relación a la canción ONE, por qué todos hacemos la sumatoria de UNO?
Eso somos. Esa canción tiene un significado muy especial para esa Banda, pero también para mí porque cuando Bono y The Edge, que fueron los encargados de escribir los primeros acordes y letras de esa canción, estaban en Berlín terminando un álbum, estaban teniendo dificultades como Banda. Cada uno tenía problemas personales y entre ellos tenían discrepancias. Al final cuando terminan de escribir la canción, hablan de lo que significan ser. Es decir: UNO. Como Banda, como seres humanos.
Las cosas se están quedando, mejorando, siguen iguales, y de qué manera yo puedo hacer que tu vida sea mejor, al final de cuentas somos uno y las cosas las compartimos y nos cargamos uno con el otro. Eso es importante, saber en la vida que sea lo que uno necesite de los otros o viceversa, podamos entregarnos y sumar. Por encima de todo, está el amor que uno tenga por el prójimo y que seamos UNO y no nos dividamos tanto.
¿Usted que tiene experiencia en radio y en televisión, acaso una de las dos es su preferida?
Yo soy un animal de radio y no necesariamente por lo de El Gato. Es difícil porque es como que te pregunten a cuál hijo prefieres. Para mí, ambas son parte de mi vida, es mi forma de comunicarme, hoy en día a través de las plataformas digitales, quiera o no, uno hace algo de televisión, como yo lo hago con mi podcast, El Poder la Música, de esta manera estoy dando la cara constantemente y esto hace parte de mi vida.
Al final de cuentas lo que me gusta es comunicar, bien sea en la radio, en la televisión o con mi podcast.
Uno no se imaginaría que, a un hombre de radio como usted, reconocido locutor de radio juvenil, lo haya marcado tanto la canción ‘Pedro Navaja’ de Rubén Blades. ¿Por qué?
Yo tenía 10 años cuando conocí el disco Siembra en donde está esa canción. Ese fue el primer vinilo que yo tuve en mis manos y me llamó la atención el nombre y cuando puse el disco encontré un sonido que hoy en día sigo disfrutando. Yo que soy un poco más rockero o alternativo de gusto, no hay una cosa que me enloquezca más que la salsa y la buena salsa de los 70, de aquella época de La Fania. Hoy en día tengo el gran privilegio de tener amigos cercanos y que son leyendas de la Salsa. Esto para mi es muy satisfactorio.
La canción de Pedro Navaja es porque hacía parte de ese disco, de esa época, de ese sonido. Es realmente fascinante lo que sucedía con la salsa a finales de los años 70 y me marcó muchísimo. Me cautivó. Si tu oyes musicalmente esa canción, es tan rica que quieras o no, te hace amar más la música.
No hace mucho usted se refirió a los podcasts como si los estuviera haciendo hace 16 años. Actualmente hace ‘El Poder de la Música’. ¿Qué es el podcast para Humberto Martínez?
Para mí el Podcast es la radio como yo la conocí. El podcast es una forma de comunicarme. Cuando yo comencé en el año 89 eso era lo que hacía, aunque ponía más música, tenía tiempo para interactuar, hablar, entrevistar, conversar, debatir, pero con los años, los formatos de radio fueron reduciendo poco a poco la participación del Disc-jockey porque la gente sólo quería repetir canciones.
El podcast particularmente a mí me ha dado esa posibilidad de volver a mis inicios de uno tener un invitado como lo que estamos haciendo tú y yo en este momento, de poder hablar sin afanes, sin prisa y compartir, con la posibilidad de adornarlo de muchas maneras.
Como todo en la vida que es cíclico, siento que cada vez es como volver a esa época en donde era importante escuchar a las personas que queríamos oír porque nos gustaba como nos hablaban, lo que nos decían, porque podíamos debatir las ideas.
Para mí, el Podcast es de una gran riqueza cultural.
Julio Nieto Bernal y su hijo Alejandro Nieto Molina, fueron de alguna manera claves para su trayectoria en los medios de Colombia. ¿Verdad?
Si. Los dos. El papá de Alejo y de Andrés fue súper clave. Él era muy amigo de un tío mío, a quién también amo profundamente y desde aquí le envío un abrazo gigante porque está pasando por momentos de la vida.
Mi tío Augusto Calderón había sido director de la revista Cromos y El Espacio y trabajado con grandes periodistas de su época, tipo Yamid Amat y Juan Gossain, cuando yo quise trabajar en la radio en Colombia, él me habló de un amigo suyo muy cercano que era Julio Nieto Bernal. Yo me reuní con él en RCN y muy caballerosamente gustándole mucho mi hoja de vida, concluyó que en ese momento no era pertinente que estuviera en la Cadena básica de RCN, pero si consideró referirme a su hijo, Alejandro, quién estaba encargado de un proyecto de radio juvenil que era el Sistema Mega. Ya el resto, es historia y esto se lo debo a Julito que me conectó con su hijo.
¿Ha tenido propuestas como presentador de noticias o actor?
La verdad sí, pero hace mucho tiempo. En su momento cuando terminé mis estudios en Comunicación Social y Periodismo, yo quería ser presentador de noticias y tuve un encuentro muy agradable con una ejecutiva de la televisión que en paz descanse.
Esto fue en el Canal Caracol y le dije que si podía presentarle una audición para presentar noticias. Ella me preguntó que si realmente quería asociarme con las noticias tristes, duras y difíciles y me invitó a recapacitar que no era bueno que me asociaran con las noticias negativas y me sugirió seguir en el camino del entretenimiento, hasta el punto de que, por mi imagen, me sugirió probar con la actuación. Pero no, digamos que la actuación yo la hago como locutor interpretando un personaje para una locución de un comercial o personaje de una caricatura, pero ir a interpretar un personaje a cámara, no.
En Sábados Felices yo actúo algunas cosas con mis compañeros, pero soy yo. Interpretar un personaje eso requiere y yo le tengo mucho respeto al oficio y sólo por imagen no voy a entrar a irrespetar el trabajo que llevan haciendo actores durante años en las tablas, en la televisión y en el cine. No creo necesariamente que la pinta le dé a uno la entrada.
A finales de los 90 usted tomó la batuta de VivaFm, en donde era reconocido Julio Sánchez Cristo, superándolo en audiencia, según datos de la época del Centro Nacional de Consultoría en Bogotá usted llegó a tener 4.2 puntos frente a 4 de La FM, en donde ya había pasado a dirigir, Julio Sánchez Cristo. ¿Una experiencia muy seguramente inolvidable en su carrera?
Si. VivaFm era un programa de periodismo light que tenía mucha noticia pesada, fuerte, estábamos en medio de un proceso de paz que nunca se dio en esa época, en medio de una guerra muy dura a mediados de los años 90 y fue muy bonito porque había juventud y lograr alcanzar esas metas que uno se propone, es muy satisfactorio. Obviamente esto fue con la ayuda de mucha gente.
Yo conducía, por así decirlo, ese maravilloso avión, pero resulta que como copiloto tenía a Sergio Fajardo, en aquella época, profesor de matemáticas de la Universidad de los Andes, él ayudó muchísimo al contenido del programa.
Antanas Mockus pasó por allí brevemente, También estaban el Dr. Hernán Peláez Restrepo, Diana Montoya desde Miami vía satélite, era un equipo muy profesional y yo considero que tuve la capacidad de mover y manejar la radio de una manera muy orgánica, creo que eso me sirvió para poder afinar esa máquina que durante un buen tiempo estuvo dando la pelea en esas ondas hertzianas a finales de los 90 en Colombia.
¿En momentos actuales, en los que se debate la permanencia de la radio tradicional, cómo analiza el futuro de la radio?
La radio se está transformando porque ha estado en ese proceso. Es importante tener en cuenta en que parte del mundo estamos hablando de radio. En Colombia, por ejemplo, hay una gran cantidad de personas que todavía dependen de la radio porque no tienen acceso a lo que muchos otros si tenemos y hablo de las plataformas, redes sociales, al cable, el satélite, etc. Un país como Colombia todavía tiene mucho para dar en cuanto a radio.
A nivel global, creo que ya hemos visto esa transición que poco a poco ha ido llegando a esas plataformas para el uso del Podcast, como Pandora, Spotify, Apple, y que de alguna manera están abriendo esos espacios. Pero el formato como tal de radio yo no lo veo que vaya a morir tan rápido y fácil, así en partes como en Estados Unidos, los números muestren como sigue bajando la participación del oyente, por la oferta existente de contenido digital.
Creo que también la radio tiene que adaptarse y a muchas de las emisoras que hay en gran parte del mundo les ha faltado adaptarse más rápido, a mi manera de ver han seguido con los formatos de siempre. En definitiva, es una pregunta muy difícil de contestar en este momento de la humanidad, pero si puedo decirte que está en crisis.
Luego de haber sido un ‘vago’ para el estudio en época estudiantil juvenil y después de haberse graduado como periodista y sumar éxitos en los medios. ¿Quién es Humberto Rodríguez?
(Jajaja). Un ser humano honesto, un comunicador ético, ante todo un esposo, un papá y un amigo.
Muchas gracias.
Muchas gracias por tu interés, por la paciencia, por conectarte y por interesarte en mí, en mi vida, en mis cosas y por aquí a la orden.
“Al final de cuentas lo que me gusta es comunicar, bien sea en la radio, en la televisión o con mi podcast.”
Humberto Rodríguez Calderón.
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