En la tarea que me he asignado de recordar a ilustres personalidades de la historia de la radio y de la televisión en Colombia tengo hoy el agrado de compartirles esta charla con el muy respetado y caballeroso Eduardo Aponte Rodríguez.
Me impresiona cada que hablo con cada uno de los que he tenido la oportunidad de entrevistar, su fabuloso tono de voz y esa manera cordial y amable para conversar, características que indiscutiblemente los han llevado a través del tiempo, a convertirse en leyendas y referentes incuestionables de nuestra historia radiofónica.
Sea entonces esta la oportunidad de leer acerca de otro protagonista más de aquella época magnífica e irremplazable que tuvo la radio en nuestro país.
Por: Germán Posada
G.P.: ¿Qué está haciendo actualmente en locución?
E.A.: De lunes a viernes de 6 a.m a 9 a.m. leo titulares y noticias desde New York para el informativo Toca noticias desde el centro del país, que se origina en la emisora Tocastereo afiliada a Caracol en Fusagasugá y que dirige el abogado y periodista Carlos Ortiz Murcia.
G.P.: ¿En su momento cómo percibió que la profesión de la locución era lo que quería hacer en su vida?
E.A.: No lo percibí. Fue por una serie de coincidencias afortunadas para mí, que tuvo su origen en la insinuación de un recordado y querido locutor, Eduardo Rodríguez quien hacía turnos dominicales en la Voz de Colombia de Bogotá. Nunca supe por qué me puso a grabar una noticia de un periódico, se entusiasmó y de paso yo también, lo que originó que tomara un curso de locución y producción en la Academia Radiar, que dirigía Manual Cabral Jiménez, músico, poeta y con todo respeto por su memoria, loco.
G.P.: “Un mundo de noticias para un mundo de oyentes”. ¿Es una frase suya?
E.A.: No señor. Esa era la presentación del Noticiero Todelar de Colombia. “Noticieeero Todelarrr de Colombia, un mundo de noticias para un mundo de oyentes…directores Alberto Giraldo, Gabriel Cuartas Franco y Antonio Pardo García”.
G.P.: ¿Su estilo en particular para leer noticias como le describe?
E.A.: Lo definió el recordado doctor René Alzate, presidente de la Asociación Colombiana de Otorrinolaringólogos, a quien le consulté sobre mi tabique desviado y me dijo: si le corrijo su tabique, no le garantizo su tono ni el metal de su voz. Usted tiene un estilo de angustia por respirar y lo transmite en su profesión.
G.P.: ¿Cuál es el cuidado que exactamente practica con el azúcar para el cuidado de su voz?
E.A.: En una época de vacas gordas, subí de peso, me sometí a un régimen estricto de alimentación que eliminaba por completo el consumo de azúcar. Estaba controlado por otorrinos y dietistas, pero un comentario de un amigo-oyente sobre mi trabajo que hacía bajo la las ordenes de don Juan Gossain, me alertó sobre la dificultad de la lectura al ritmo acostumbrado y me comparó con una tos de perro. Me invitó a su apartamento para darme una pócima de algo que él llamó milagroso para recuperar mi voz.
Esa bebida milagrosa fue una generosa cantidad de brandy que vendían en aquella época con la etiqueta de estar sabiamente mezclado con miel de abejas, la que hizo el milagro y a pesar de que por obvias razones no pude madrugar a trabajar, sí lo hice al medio día, con mi voz restablecida completamente.
Lo consulté con los especialistas otorrinos y dietistas, y no podían aceptar que mi garganta había perdido fuerza por la dieta y menos que la hubiera recuperado con el anti-remedio. Total, para mí, no sé si para los demás colegas, el azúcar me evita las plaquetas que son tan molestas en la boca y con mucha moderación también lo utilizo con la fórmula de mi amigo.
G.P.: ¿Podría revelar por lo menos uno de sus secretos para tener tanto éxito como lector de noticias?
E.A.: Gratitud por su generosa opinión. Mi recordada madre, fue de aquellas queridas mamás estrictas, severas y exigentes. Tomó como una rutina diaria enseñarme a leer, fuera de las clases normales. Tuvo ella, una especial fascinación en marcarme las pausas y re-marcar mis errores de lectura con relación a las comas, puntos seguidos, puntos aparte, admiración, interrogación, entre comillas, diptongos, etc. Como este ejercicio lo acostumbraba a hacer, cuando yo quería salir a compartir y jugar con los amiguitos, me vi forzado a cumplirle estrictamente y con la rapidez que ella quería las diferentes tareas que muy sutilmente me imponía. Después de los años tuve la oportunidad de agradecerle su férrea y drástica disciplina. Debo anotar con mucho orgullo que mi madre fue soprano del coro de la iglesia evangélica y muy seguramente heredé en mínima parte sus grandes cualidades vocales.
G.P.: En su época Colombia gozaba de excelentes lectores de noticias, ahora no es lo mismo. ¿Algún nombre de la nueva generación que lea noticias y que lo haya impresionado?
E.A.: Desafortunadamente la especialidad de lectores o presentadores de noticias se ha diluido y el estilo de todos los noticieros, al menos en Colombia, que era tan exigente en la calidad de sus voces, se resignó a lo que hay.
“Creo que una sola palabra puede abarcar todo un cúmulo de sentimientos para quienes me recuerdan, GRATITUD”
Eduardo Aponte Rodríguez.
G.P.: ¿Que tenía en particular el estilo del locutor antioqueño Gustavo Rodríguez que a usted lo hizo pensar en renunciar a su profesión cómo locutor?
E.A.: Cuando Don Jairo Tobón vicepresidente de Todelar, me llamó para tratar de reemplazar al mejor de todos los lectores; Andrés Salcedo González, me dijo claramente: Usted va a estar aquí mientras yo consigo un buen lector. Total, que yo escuchaba a los lectores de todo el país y para mí en ese momento, Gustavo era un fuera de serie, una voz impecable, seguridad, vocalización, alegría, en fin, todos los atributos. Me quedé esperando su nombramiento.
G.P.: ¿Si tuviera la potestad de cambiar cosas para que la locución en Colombia alcanzara niveles cómo antes que haría?
E.A.: La mayor fortuna que tuve en mi labor radial fue el poder conocer y relacionarme con verdaderos personajes radiales como Jorge Antonio Vega, Juan Harvey Caicedo, Fabio Becerra Ruiz, Gustavo Niño, Otto Greiffestein, Julián Ospina, Eucario Bermúdez, Armando Osorio y muchos otros más que con su venia son parte del tesoro radial de nuestro país. Sería muy difícil tratar de enderezar un árbol torcido. La fuerza con que emerge la juventud implanta costumbres y echa raíces que ojalá para bien de esta querida profesión las actuales sean pasajeras y que no tengan demasiados hijitos e hijitas.
G.P.: ¿Qué representó en su vida y carrera profesional el periodista Jorge Enrique Pulido?
E.A.: Jorge Enrique como la mayoría de periodistas inmolados cazó una pelea desigual. Creyó que con el solo poder de la palabra y su escritura podía hacerle mella a un gigante que aun ahora y con mayores recursos y fuerza domina el mundo. Escaló todas las posiciones, desde operador de consola hasta director y propietario de una programadora. Según sus colegas fue uno de los mejores preguntadores, en el argot periodístico. Leal, muy cotizado y muy débil como todos los hombres con el bello sexo y fue mi amigo.
G.P.: ¿Qué reflexión hace en estos momentos de su vida de haber tenido que abandonar Colombia por amenazas?
E.A.: Que ojalá todas estas circunstancias desaparezcan. En mi caso personal ninguna autoridad pudo darme una luz sobre el origen de mi tragedia y ahora menos porque son más los actores que se involucran en estos delitos.
G.P.: ¿Como hombre que le fascina la música que opina de la fuerza que ha cogido el género del Reggaetón?
E.A.: Es una tendencia de la época, la fuerza de una generación que marca desafíos y contrastes, pero para una definición muy personal, nada tiene que ver con el antañón romántico y expresivo respetuoso.
G.P.: Me parece que por respeto y quizás caballerosidad una gran mayoría de talentos y personalidades como usted responden que no es tan importante tener una excelente voz radiofónica para tener éxito en la radio. Usted por ejemplo tiene una lindísima voz y sigue teniendo éxito y vigencia. ¿Al respecto que opina?
E.A.: Colombia marcó hace muchos años esa diferencia e instituyó al locutor desde el Ministerio de Comunicaciones, ya desaparecido. Le dio licencia, lo categorizó, le exigió y lo sancionó. De ese filtro surgió la más brillante generación de hombres de la radio. Por otro lado, el Ministerio de Educación le dio tarjetas de periodista a quienes por su especialización e inteligencia tenían la gran facilidad de escribir y entrevistar en aquella época con grabadora, para después desgravar y armar la noticia con voz del protagonista. No era fácil encontrar una persona con estas dos facetas, sin embargo en la Voz de los Estados Unidos de América, emisora oficial de EE.UU surgió un programa que se llamó Buenos días América, con un locutor mexicano, Pepe del Río, con una hermosa voz, una gran facilidad para improvisar y con sólidas bases culturales en los dos idiomas, que le dio camino al locutor con una excelente voz y reportero de grandes cualidades.
En Colombia no se logró consolidar esta dualidad. Con muy pocas excepciones Yamid Amat, locutor boyacense y uno de los más grandes periodistas e innovadores del periodismo radial, Julio Nieto Bernal, en mi opinión una de las voces más hermosas de la radio colombiana, periodista y abogado. También tenemos el honor de compartir la profesión de locutor con médicos, abogados, economistas y muchos otros profesionales.
G.P.: ¿Cómo define su estadía durante estos años en N.Y?
E.A.: Aquí en New York, tuve la oportunidad de alternar mi profesión con lo que se denomina la parte social, entendiendo esta como el servicio que un medio debe prestar a la comunidad. Cuando llegamos, encontramos la peor imagen de Colombia, como país exportador de droga. A pesar del miedo que el colombiano tenía y tiene de hacerse notar, logramos a través de la radio ayudas para operaciones de alto costo y colombianos con necesidades, que conseguimos paliar de alguna manera. A nivel local no tenemos por ahora ninguna figuración, porque a pesar del afecto y recordación que puedo palpar en muchas personas, también hay otras que no piensan lo mismo y en ellos aflora con toda intensidad un cúmulo de sentimientos encontrados y negativos.
G.P.: ¿Cuales palabras dedicaría a quienes lo admiramos y respetamos por su profesionalismo y contribución a la historia de nuestros medios en Colombia?
E.A.: Creo que una sola palabra puede abarcar todo un cúmulo de sentimientos, GRATITUD. Todavía tengo la oportunidad de encontrar personas que a través de sus amigos o familiares se acuerdan de mí y comenzamos a hacer memoria, que se extiende a otras actividades, deportivas, políticas, religiosas. Gratitud, porque a mis hijos se les brindó toda clase de cuidados y protección y ellos aprovecharon su oportunidad y son profesionales discretamente alejados de la profesión de su padre.
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