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Writer's pictureGerman Posada

Carlos Montoya Flórez: “La radio, a mí, me lo ha dado todo.”


Carlos Montoya Flórez en los estudios de Alfa Estéreo 106.3 FM. Medellín.




Para hablar de la historia de la radio antioqueña es fundamental dedicarle un segmento muy especial al protagonismo que Radio Paisa ha ejercido en un sector de su población, y en ese orden de ideas, no se puede pasar por alto el nombre del famoso locutor, Carlos Montoya Flórez, a quien popularmente lo identifican como "Calandrio".

Carlos Montoya Flórez, hizo un nombre y se hizo hombre de radio, sin pensarlo y menos sin proponérselo. En sus planes, solo había espacio para aprender a reparar carros. Pero como en la vida suele suceder, que a veces los cambios se nos presentan de manera inesperada, un día cualquiera, la influencia de su señora madre, le cambiaría su destino completamente y sería en su caso, la locución, la que marcaría su destino.

Su manera de hablar es cordial, natural, desenvuelta, alegre, sin palabras rebuscadas, pero eso sí, muy respetuosa. En ella, se respira y se siente radio. Aquella que lo sacó del anonimato y le mostró el camino para que paso a paso, desarrollara aquel talento con el cual haría compañía y daría felicidad a sus miles de oyentes.

Como titulara su libro, el querido y recordado, Eucario Bermúdez, El Talento no se Jubila, Carlos Montoya Flórez, ya ha comenzado a gozar de aquellas mieles que ofrece el deber cumplido por tantos años, pero se resiste a no seguir haciendo radio, razón por la cual, su talento sigue intacto y sin jubilarlo, continúa al pie del cañón, porque su vida, es la radio.

Por: Germán Posada

¿Cuántos años dedicado a la locución?

El próximo 24 de marzo de 2023 cumpliré 50 años de hacer radio. Empecé en el año 1973 en la emisora La Voz de la Independencia. De esta emisora recuerdo mucho a un señor que se llamaba Enrique Hincapié Bedoya, que era uno de sus propietarios, a una señora Carlota Gómez y un señor que conocía mucho de tango, llamado Hernán Caro.


¿Por qué ese gusto por la radio?

Mi historia es muy curiosa. A mí me ha gustado mucho la mecánica de carros y me fui a estudiarla al Instituto Tecnológico Pascual Bravo, de hecho, alcancé a hacer algunos pinitos en algunos talleres de Medellín. Pero a mi mamá no le gustaba verme sucio, engrasado u oliendo a gasolina. Un día mi mamá me dijo: A mí me gusta que usted se meta a la radio. A mí esto me sorprendió, pero ella insistía en que yo fuera locutor.

Yo tenía un primo llamado Nair Muñoz que era integrante de los Black Stars, una orquesta de música tropical popular en los años 70s. A través de mi primo y mi madre me conecté con gente de la radio. Era tanto el interés de mi mamá para que yo ingresara a la radio que hasta buscó institutos para que estudiara en Medellín y en Bogotá. A ella es a quién le debo esta profesión que llevo en el corazón y en el alma.


¿Y en donde estudió?

Hice locución como empírico entre 1973 y 1974. Tomé unos cursos en Medellín en una escuela que se llamada AUDIO y luego me fui a estudiar a Bogotá y me licencié como locutor profesional en el año 75, en la Escuela Superior de Telecomunicaciones en el edificio Murillo Toro. Mi licencia del Ministerio de Comunicaciones es la 0444.

De la Escuela Superior de Telecomunicaciones, recuerdo mucho a Iván Madrid Arcila, uno de mis profesores, a quién le aprendí mucho, era actor de televisión y de radio.


¿Qué tan importante era esa licencia de locución?

La locución en mi época era una profesión y luego pasó a ser un oficio. En el examen para obtener mi licencia tuve muy buen puntaje. Se dividía en dos partes, una oral y la otra escrita. En la parte oral no me fue tan bien, pero me ayudó mucho el puntaje que saqué en el escrito. Siempre he sido un buen lector y esto me ayudó mucho. El Ministerio de Comunicaciones molestaba mucho por la licencia y exigía a las emisoras tener locutores licenciados. Luego de graduarme en Bogotá, me vine para Medellín y buscando oportunidades en la radio comencé a recorrer algunas partes de Colombia. Estuve en Cartagena, Sincelejo y Urabá, la verdad me daba el gusto de estar en una emisora y si no me agradaba, renunciaba y me iba para otra, esa facilidad me la daba el hecho de que tenía mi licencia.


¿Por qué su apodo Calandrio?

El origen de este apodo viene de un programa que yo hacía y que se llamaba La Hora de la Calandria. Era un programa musical enfocado en divertir a la gente en horas de la madrugada.

Estando trabajando en Todelar, al gerente de Caracol, Jorge Alberto Garces, le gustaba mucho un programa que yo hacía llamado Mañanitas Campesinas, y él comenzó a idearse un programa parecido para Caracol, a nivel nacional.

Yo he sido muy jocoso y divertido en mi estilo de animar y eso era lo que hacía en Mañanitas Campesinas, en donde trataba de hacerle divertida la madrugada a los oyentes interactuando con sonidos de todo tipo de animales. Jorge Alberto Garcés me llamó y me propuso hacer un programa del mismo estilo en Caracol con el nombre de La Hora de la Calandria. Según su explicación, existe un pájaro pequeño centroamericano muy popular llamado Calandria y que comienza a cantar a las 4 de la madrugada.

Además, Jorge Alberto, tenía en mente que este nuevo programa fuera el complemento de Una Voz en el Camino, programa radial de trascendencia nacional e internacional, que lo hacía Alonso Arcila Monsalve. Así fue como acepté trabajar en Caracol y comencé a hacer La Hora de la Calandria. Y fue justamente así que nació mi remoquete ‘Calandrio’. El programa fue muy exitoso y lo hice por espacio de 5 años, hasta cuando me llamaron de RCN en donde me ofrecieron mejores garantías laborales, además yo me sentía bastante fatigado por el horario de la madrugada en Caracol.


¿Quién se lleva los méritos de haber sido la persona que le abrió las puertas en la locución?

Yo le agradezco mucho a toda la gente con la que estuve en mis inicios. Antes de trabajar en Medellín estuve en Radio Vigia en Cartagena, allí recuerdo muy especialmente a su gerente, Jorge Humberto Clee, también trabajé en una emisora en Guarne. Pero definitivamente tengo inmensos agradecimientos a la gente de Medellín que conocí en La Voz de la Independencia.


¿Siempre ha estado en la radio musical popular?

En su gran mayoría sí. En Cartagena en Radio Vigia, era de vallenato. También incursioné en las baladas cuando trabajé en La Voz de Colombia cuando se llamaba Radio Junín y que era en AM. También lo hice en emisoras de corte noticioso como La Voz del Rio Grande de Todelar, animando magazines y en el formato del Morning Show.

Cuando me vinculé con Todelar estaba en Cartagena en luego pasé a Radio Sincelejo y después me trasladaron a Medellín a Radio Nutibara, 8 años, luego a Caracol donde hice La Hora de la Calandria, con transmisión a nivel nacional.


¿Cómo incursionó en La Hora de los Adoloridos?

Este programa nació de una idea mexicana. El gerente de RCN de aquella época estuvo en México y escuchó un programa con el formato de La Hora de los Adoloridos. Era un programa en donde los oyentes desahogaran sus tristezas y alegrías y en donde el locutor los aconsejara con un estilo muy particular y popular.

A mí se me propuso hacerlo en Radio Paisa y efectivamente acepté. El programa tenía una hora de duración en donde entrevistábamos unas 4 o 5 personas, dialogábamos con ellas y rematábamos con una canción acorde al tema de cada uno de los participantes. Ahora en la gran mayoría de emisoras de AM y hasta en FM tienen formatos de programas similares.

Mi ingreso a Radio Paisa fue en el año 93, en ese entonces la emisora llevaba al aire unos 5 años y después de 5 años de yo estar vinculado a ella, me nombraron su director. Su horario es de 10 a 11 de la mañana y en la tarde de 4 a 5, todos los días, así lo hice por espacio de 26 años y 5 meses hasta mi retiro. El programa sigue vigente.


En una entrevista que le hice al locutor Claudio Gómez Holguín, me dijo que -La Hora de los Adoloridos- fue una copia del programa que él comenzó en Radio Disco ZH, llamado -El Club de Corazones Rotos y Solitarios- y que de hecho fue una copia de un programa mexicano. ¿Qué sabe de esta historia?

Yo trabajé con Claudio en Todelar. No sé, puede que me equivoque, pero creo que es al revés. Lo que yo conozco es que La Hora de los Adoloridos nació de una copia de un programa mexicano como se lo expliqué antes. Yo no escuchaba mucho a Radio Disco ZH, pero si la recuerdo muy bien cuando Claudio trabajaba allí. La verdad no sé si allí tenían un programa con ese formato porque en aquel entonces Disco ZH era de un formato con música muy estilizada y pienso que no tuvieran en FM, una emisión como La Hora de los Adoloridos que era completamente popular dirigido a estratos 1, 2 y 3. Pero a lo mejor sea yo quién se esté equivocando.


¿Qué simboliza este programa en su vida y en su carrera cómo locutor?

La Hora de los Adoloridos fue número 1 en Antioquia y por algo se replicó a nivel nacional. Fue un programa que generó toda clase de reacciones sentimentales. Como en todo, ha tenido sus detractores y quienes lo aplaudan.

A mí me conoce mucha gente por el programa y he sido invitado a un gran número de entrevistas, incluyendo televisión, para hablar del programa que se ha convertido en toda una institución en RCN. Como le dije anteriormente, ahora hay copias por todas partes, pero fue en Radio Paisa en donde realmente se popularizó con estadísticas de primera sintonía por muchos años en toda Antioquia.


Sus inicios en la locución se remontan a una época en donde el manejo de la voz señorial tuvo mucho auge, pero su estilo contrastaba con este tipo de locución. Actualmente se crítica mucho el lenguaje chabacano en la radio. ¿Por su estilo, usted fue, quizás, partícipe de lo que ahora critican tanto? ¿Qué opina al respecto?

La radio de antes era muy impostada y muy estricta. Los locutores casi que ni se podían equivocar y entre más ceremoniosa fuera la voz, era más reconocida. Recuerdo que cuando yo trabajé en La Voz de Colombia, tenía que impostar la voz. Este estilo empezó a cambiar y algunos locutores pasamos a otro plano.

Mi estilo, no es el ceremonioso, yo soy muy jocoso y alegre y el estilo popular se me da muy natural. Por eso tuve tanto éxito con los programas La Hora de la Calandria y La Hora de los Adoloridos. En La Calandria, por ejemplo, la gente comenzó a notar este cambio que yo hacía en la madrugada y le parecía muy divertido todo lo que hacía con los sonidos de los animales tomando el pelo, para ellos era muy distinto a lo que estaban acostumbrados a escuchar. Eso me hizo diferente a los demás y gané popularidad. La radio pasó de ser acartonada a un estilo más informal.

Respecto a la chabacanería, siempre se ha criticado. En la radio, siempre hay quien aplauda y quien critique. Mi lema es siempre irme con la gran mayoría. Me explico. Si usted tiene 100 oyentes y si por alguna razón dijo algo que se salió de tono, pero 53 de sus oyentes lo aplaudieron, váyase con ellos, así los 47 restantes digan que usted es muy malo. Además, hay algo muy curioso. A uno lo critican, pero lo siguen escuchando. En resumen, la sintonía es lo que hace la radio.


Usted empezó haciendo una radio completamente distinta en tecnología en comparación a la que se hace ahora. ¿Qué paralelo haría de ese antes y de este después en la forma de hacer radio?

Aunque antes la radio se hacía prácticamente con nada, era muy profesional. Uno tenía que grabar cuñas al aire porque no había un estudio de grabación. Recuerdo que en mi época existían unas grabadoras de cinta llamadas APC, con las que se trabajaba en directo. A mí me tocó pasar cuñas en acetato a 78 RPM.

La radio se hacía con dos tornamesas. Uno para las canciones y el otro que se utilizaba para las promociones, publicidad e identificación de los jingles de la emisora. Todo era muy manual. Si uno por ejemplo tenía la necesidad de ir al baño, quería hacer una pausa para tomar o comerse algo, tenía que escoger un mosaico o una canción larga y cronometrar el tiempo de modo que uno pudiera volver y ocuparse del programa. Ahora la radio la hace un computador.


Bueno, pero ahora como se hace la radio a través de cámara, en donde lo están viendo en directo, puede resultar también algo complicado. ¿Cómo le parece estar haciendo radio y que lo estén observando?

Se ha perdido mucho de aquella imaginación. La radio es audio y ahora es audio-video. La voz del locutor era uno de los encantos de la radio. El oyente se imaginaba al locutor o a la locutora de acuerdo a su timbre de voz.

Le pongo un ejemplo, Gaspar Ospina, el locutor que interpretaba al popular Kalimán.

Él era un locutor pequeño y no muy agraciado. Esther Sarmiento de Correa era la narradora y lo describía como un hombre espectacular, de 1,90 de estatura, 90 kilos de peso, mejor dicho, lo pintaba como un hombre hermoso y la gente se lo creía.

Ahora todo esto se ha perdido con la cámara y tiene razón, uno se restringe más porque lo están viendo.


¿Qué es la radio para Carlos Montoya Flórez?

Yo lo que he ganado lo tengo por la radio. Por la radio tengo a mi familia. La radio me ha dado mucha diversión y entretenimiento. Gracias a la radio he conocido a muchos artistas. Animé el Carnaval de Barranquilla en el año 81. En Medellín presenté a artistas como Antonio Aguilar y su esposa Flor Silvestre. También artistas argentinos muy famosos que venían a la ciudad.

Por la radio he conocido medio mundo. La radio a mí me lo ha dado todo.

"Siempre y cuando tenga oyentes y gente que me siga y que me quiera, trabajaré en la radio."

Carlos Montoya Flórez (der.) en cía del periodista El Tigre(centro) y Alirio López (q.e.p.d.), Fundador de Los Villalpos. Estudios Radio Paisa, RCN, Medellín.

¿Y quién es Carlos Montoya Flórez para la radio antioqueña?

Un ser normal que tuvo la oportunidad de hacer radio y que por haber tenido una licencia tan joven pude hacer muchas cosas en ella. He podido hacer obras de caridad que me gusta tanto y lo hago con amor. Cuando yo trasnochaba en La Calandria en Caracol, tenía que hacerlo los domingos y a veces los festivos. Imagínese, por ejemplo, un 24 de diciembre despedirse de su familia a las 8 de la noche porque tiene que irse para la radio a trabajar, pero yo lo hacía con amor y con alegría. Siempre que llegaba a la cabina dejaba detrás de la puerta mis problemas y me entregaba a mis oyentes porque ellos son mi vida.


¿Qué representa Radio Paisa para los antioqueños?

Radio Paisa es la patrona y la emisora en el formato popular más famosa que ha tenido Antioquia durante toda su historia. Antes de Radio Paisa existían otras emisoras como La Voz de las Américas, La Voz de la Independencia, Radio Junín, todas emisoras populares en AM.

Pero Radio Paisa ha sido la pionera, la más grande de todas. La emisora que llegaba al campesino, al empresario, al conductor, a la ama de casa, a la enfermera, al vigilante, etc. Fue la emisora que se dio el lujo de ser la primera en sintonía por muchos años.


¿Usted cómo hombre veterano y experimentado de radio cómo le ve el futuro a la radio?

La radio ha perdido mucha ventaja respecto al internet porque esta le ha dado muchas ventajas para hacerla. Me parece que la radio tradicional ha perdido oyentes y espacios, pero se sigue defendiendo. Veo la radio en AM muy desgastada porque mucha gente no tiene forma de escucharla, ya todo es FM. Lo poco que se escucha en AM es para un público de programas cristianos, temas en parasicología y numerología.

El FM, sigue dando la pelea. Aquí en Medellín, Olímpica Estéreo es la emisora que más se escucha y las encuestan así lo ratifican.

A mi parecer creo a la radio tradicional le quedan unos 15 años de vida y se mantendrá, pero con muy pocos oyentes.


¿Usted ha mencionado durante esta entrevista muchas alegrías, tal vez, exista alguna desilusión en su carrera en la radio?

A veces uno se siente frustrado por no lograr un objetivo. Quizás por no poder entrar a una emisora.

Algo que nunca se me olvida es que tiempo atrás había que hacer transmisiones sin retorno. Lo que hacíamos era que pedíamos la solicitud de los pares, o sea, lo que se llamaba antiguamente cuando se solicitaba el servicio de la línea telefónica a la empresa Telecom para hacer las trasmisiones.

Un día me fui a Armenia con Leopoldo Arango, un colega y amigo, a transmitir un partido entre Nacional contra Deportes Quindío. Efectivamente hicimos la solicitud de transmisión a Telecom que era un proceso bastante rudimentario, logramos hacer el contacto, pero no teníamos retorno desde la emisora.

El caso fue que comenzamos a realizar la transmisión que incluía los anuncios publicitarios y entrevistas con los jugadores, además que había mucha alegría porque Nacional había ganado. Al final cuando se terminó la trasmisión, llamamos a la emisora, pero infortunadamente nos dijeron que después de un minuto de haber comenzado a narrar, la transmisión se había cortado. Esto evidentemente nos trajo una gran frustración porque fue un tiempo perdido y porque habíamos perdido plata por parte de los anunciantes.

Era una época en la que se trabajaba prácticamente a ciegas por la falta de tecnología.


¿Hace cuanto que salió de RCN?

Hace 3 años. En RCN querían que yo me quedara. Su gerente, Francisco Plata, me ofreció quedarme y así lo hice por espacio de un año más, hasta que tomé la decisión final de no continuar y me fui a seguir haciendo radio en la emisora llamada Alfa Estéreo 106.3 FM, la cual es propiedad de un amigo.

La realidad es que estaba saturado de trabajo en RCN, aparte de ser director de Radio Paisa, hacía programas en Radio 1 y en Radio Cristal, entre otras. Me encargaba de las actas de las reuniones, era el representante de RCN para muchos eventos, también el jefe de logística. Me sentía muy cansado y quise irme a seguir haciendo radio, pero un poco más relajado. En RCN trabajé 25 años y seis meses.


¿Y si ha sido capaz de trabajar más relajado en Alfa Estéreo?

Bueno. A mí me gusta mucho madrugar porque la mejor radio en Colombia es la matinal. Lo que conocemos como el Morning Show. Leer noticias en la mañana con la información local y regional, anunciar el estado del tiempo, los resultados de las loterías, interactuar con la gente, prestar un servicio, todo esto es lo que me gusta a mí en la radio.

En Alfa Estéreo, trabajo a mi gusto, me divierto y estoy mucho más relajado en responsabilidades y horario.


¿Qué es RCN en la vida de Carlos Montoya Flórez?

Yo quiero mucho a RCN porque allí me hice grande y me dieron la oportunidad de hacer muchas cosas. Los Adoloridos para mí fue un programa que me catapultó con inmenso protagonismo durante muchos años. RCN fue una vitrina muy grande en mi carrera en la radio. Me querían como en la casa y la verdad sea dicha, me dio muy duro retirarme.

Pero uno tiene que ser realista y saber que hay gente detrás de uno que también quiere triunfar. También hay que tomar conciencia que son muchos años de trabajo y que ya el cuerpo pide reposo. De manera que para salir por la puerta grande es mejor retirarse a tiempo. No es bueno como les pasa a muchos que deciden retirarse hasta su última gota de sudor.

Es mejor que lo recuerden a uno por su calidad y no comenzar a mostrar signos de debilidad y estar de boca en boca, afectado por la mala crítica.


¿En el negocio de la radio, específicamente en nuestro país, aplica aquello, de que todo tiempo pasado fue mejor?

Para mí sí. Cuando yo me inicié la locución era una profesión. Uno era muy importante para los oyentes y eso lo demostraba la gente en la emisora como por fuera de ella. A veces ocurría que había más gente esperándolo a uno que a los mismos artistas. La magia de la radio se ha perdido mucho.

Antes los locutores trabajábamos con mucha dedicación y le cuento una anécdota hasta graciosa.

En Cartagena me tocó trabajar desde un sábado hasta un lunes derecho sin descansar. Me tocó reemplazar al locutor que cubría la noche porque se enfermó, al me madrugaba se le murió la mamá, por tal motivo también lo cubrí y el de la tarde resulta que se emborrachó y no apareció, entonces me tocó trabajar sin parar durante ese fin de semana y lo hacía con amor y con ganas. La radio uno la lleva en la sangre. Ahora los muchachos tratan en lo máximo de no trabajar un 24 o un 31 de diciembre. O simplemente dejan todo grabado y el que está trabajando es un computador.

Yo añoro mucho aquellos tiempos y los recuerdo con nostalgia y mucho cariño.


¿Hay Calandrio para rato o ya ha considerado la idea de retirarse definitivamente?

La radio es mi todo. Yo soy graduado como mecánico automotriz, pero nunca ejercí la profesión porque me dediqué a la radio. Siempre y cuando tenga oyentes y gente que me siga y que me quiera, trabajaré en la radio.


Con su trayectoria usted tiene material suficiente para escribir su biografía. ¿Lo ha pensado?

Fíjese que en el libro Darío Gómez El Ídolo del Pueblo, escrito por Luis López Criollo, que narra la biografía de mi amigo y cantante Darío Gómez (q.e.p.d.) aparezco yo, y él me hizo el comentario de si era de mi interés que su autor escribiera sobre mi historia en la radio, pero honestamente todavía no tengo esto dentro de mis planes. Si me gustaría, tengo infinidad de anécdotas que contar de todos los sabores y colores, quizás cuando me retire del todo, me dedique a ello.

Lo que si hago es participar de talleres y seminarios a los cuales me invitan para que les hable a las nuevas generaciones de comunicadores de mi trayectoria y experiencia en la radio y la evolución que esta ha tenido.


Todavía se siente el vacío por la muerte de Jorge Carrasquilla como un gran referente en la radio paisa. ¿Qué palabras lo inspiran para este gran personaje?

Cuando yo estaba en Todelar me tocaba transmitir los festivales de la trova y justo en uno de ellos, en el año 85, Jorge Carrasquilla quedó como rey nacional de la trova y John Jairo Pérez de virrey.

Jorge Carrasquilla era una ser muy querido. Una persona de muchos valores, carismático, excelente trovador, costumbrista. Un ser humano de grandes proporciones. También trabajé con él en Caracol. Era muy buen lector y jocoso. En los programas Cómo amaneció Medellín, Cómo va Medellín y Cómo anocheció Medellín, participaba de una manera diferente, no leía las noticias, sino que las contaba y esto marcó la diferencia con mucho éxito.


Quién más que usted para sugerir o recomendar a los que sueñan con hacer radio. ¿Qué se le ocurre?

En mi opinión personal, creo que la gente ahora no debería escoger la radio como una profesión sino como un hobbie, como un plan B en sus vidas. La radio ha cambiado mucho y se ha vuelto muy fría, pero sigue siendo un gran poder de comunicación masivo por lo cual sigue siendo el contacto permanente entre el locutor, la parte técnica y los oyentes. En resumen, la radio no es tan bien pagada hoy en día.


Muchas gracias.

Le agradezco mucho que se haya fijado en mi para este importante espacio, que, para mí, ha sido algo corto porque para hablar de la radio se necesitan días enteros ya que hay mucha tela que cortar. Un fuerte abrazo.


"Yo le agradezco mucho a toda la gente con la que estuve en mis inicios."

Carlos Montoya Flórez en compañía del cantante Darío Gómez (q.e.p.d.).

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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