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Antonio Pardo García: "La radio es el hombre."

Writer's picture: German PosadaGerman Posada

Antonio Pardo García.



Como lo he mencionado en otras ocasiones, la magia de la radio me atrapó desde muy jovencito. En mi imaginar, mi primer aparato transistor, fue una caja de Maizena con un pedazo de cabuya que le adapté como sostén en la parte superior. Cuando conocí una verdadera radio creía que detrás existían muñequitos que hablaban. En las madrugadas, el sonido de la radio despertaba dando los buenos días con la música campesina y las noticias y en las tardes escuchar las radionovelas y aventuras de héroes imaginarios, entretuvo mi infancia. Más adelante, otras opciones radiales, conquistaron mi juventud.

 

Por todo esto, sigo aquí, conociendo y charlando con gente apasionada por el mágico mundo de la radio. Hoy, es un inmenso honor, poderles compartir esta conversación con Antonio Pardo García, considerado el Gran Maestro de maestros de la radio informativa de Colombia.

 

Le pregunté si consideraba su libro "100 años de radio, 90 en Colombia. 280 hitos.", su obra cumbre, a lo que respondió discretamente: "Yo creo que es una obra que es histórica, que acoge episodios sobresalientes de la vida de la radio colombiana".

 

Antonio Pardo García nació cuando la radio en Colombia era apenas una criatura. Por esto, él y ella, son hermanos ce crianza. Mientras ambos crecían, la radio exploraba aquel camino desértico y urgido de imaginación, y él, con brío, participaba montando en su -carrito de balineras- en las endiabladas competencias que se hacían en Manrique, su barrio natal, al nororiente de Medellín.

 

Su madre fue clave trascendental para que la radio se incrustara en su vida y pese a que en algún momento tuvo pretensiones de ser aviador, el encanto de la radio lo sedujo de tal manera, que lo atrapó para siempre.

 

Inquieto le decía su mamá, y no se equivocó, porque justamente por sus inquietudes, la radio en Colombia se transformó y trascendió. La huella que ha dejado Antonio Pardo García en la radio colombiana es infinita y su nombre estará por siempre en las memorias de su historia.    

 

"Yo soy un hombre de radio modestamente con mucha alegría por lo que hizo."

 

        

 

Por: Germán Posada

 

 

Recientemente festejó sus 90 años de vida. ¿Cómo la pasó?

 

¡Así es! Todavía pienso más o menos bien y doy gracias a Dios por la salud que tengo. La pasé estupendamente bien. Ha sido una jornada muy linda, de mucha amistad, comprensión y afecto por parte de la familia. Han sido 90 años que yo voy a recordar mientras viva.   

 

 

Usted nació casi que parejo con la radio. Prácticamente nació con y para la radio. ¿Qué opina?

 

Ha sido un poco de coincidencia. Yo soy del año 34 y 5 años atrás en el año 29, la radio había nacido. Tengo fechas que coinciden con muchas cosas de mi vida personal y de mi actividad profesional. Por ejemplo, el hecho de haber hecho unas transmisiones cuando estaba cumpliendo años. Yo estaba en Perú y una orquesta interpretó el himno nacional de Colombia y eso me emociono bastante.

 

Mi juventud transcurrió escuchando un poco de radio, aunque era experimental.

La radio comenzó realmente a operar en el año 30 y los primeros años fueron de una actividad experimental especialmente. Y si, yo llegué cuando la radio era todavía infantil.  

 

 

Nació en el barrio Manrique de Medellín, localidad reconocida por el gusto y la pasión al género musical del tango. ¿Qué recuerdos guarda de este barrio? ¿Acaso le gusta el tango?

 

Mi felicidad más grande es recordar a Medellín en mis épocas de adolescencia, pero especialmente de niñes. Cuando tenía 7 años me gustaba montarme en un carrito de balineras que yo tenía y me bajaba por la calle 72 que era una falda enorme y rápidamente llegaba al barrio Lovaina, un barrio de vida alegre, así como decimos en Colombia. Recuerdo que en aquella época se hacían competencias con estos carros de balineras y yo fui campeón de una bajada de esas y me dio mucha risa porque me recibieron con muchos aplausos apenas con 7 añitos. Eso lo recuerdo con mucho cariño.

 

Después en mi adolescencia me compré una bicicleta y me bajaba también por todas partes a toda velocidad. No sé cómo algún vehículo no me atropelló. Me gustaba mucho la velocidad.  Yo era muy inquieto. Mi mamá decía que yo no era necio si no inquieto. Hasta tuve aspiraciones de ser piloto para volar y conquistar el mundo.

 

Claro que me gusta muchísimo el tango. Usted sabe que Manrique es como un cielo del tango y allí se escuchan los mejores tangos. De alguna manera se dice que en Medellín se escucha mejor el tango que en Buenos Aires. Aprendí a escuchar el tango y por eso cuando yo revolucioné la radio en Colombia cambié la semana santa y en vez de transmitir procesiones puse tango y eso fue una sensación enorme en nuestro país porque esto de alguna manera despertó la conciencia en la gente por las situaciones trágicas que se vivían en Colombia. Por ejemplo, con el tema Cambalache que es una canción de protesta enorme y hoy en la actualidad vivimos la misma situación social.       

         

 

Usted es considerado en Colombia como Maestro de maestros en el periodismo. ¿Qué fue lo que lo motivó su gusto por los medios de información?

 

El periodismo se me atravesó de una manera muy linda. Mi hermano Álvaro, que también es periodista y yo, estudiábamos en el Instituto San Carlos, yo cursaba el tercer o cuarto año. Cuando regresábamos a casa, mi mamá nos puso como tarea que teníamos que leer la principal noticia que encontráramos en la primera página del periódico El Colombiano para luego contársela.

 

Además, nos dijo de escuchar la BBC de Londres la cual tenía un boletín que era pasado en La Voz de Antioquia a las 5 de la tarde y también era tarea de contárselo a ella. De esta manera nos comenzó una inquietud por la noticia, gracias a mi mamá. Cuando iba al colegio, yo hacía ostentación de mis conocimientos por lo que había escuchado.         

 

 

¿Qué voces lo marcaron en aquellos años cuando escuchaba la BBC?

 

Desafortunadamente no recuerdo el nombre de un locutor colombiano que en aquella época anunciaban en la BBC y debo reconocer que he pecado por no haber investigado esto después. Posteriormente vinieron otros grandes locutores colombianos. El locutor colombiano siempre ha gozado de buena fama de tener un acento neutro, no como en el caso de otras nacionalidades.

 

Esto no solamente despertó el interés de la BBC o de la VOA en Estados Unidos, sino en otras partes del mundo.   

 

La verdad sea dicha, yo legué muy joven al periodismo. En el año 44 estaba recibiendo todas esas prácticas de periodismo, escuchando la radio y leyendo la prensa. En el año 50, entré al periodismo de frente como hombre que recibía las noticias de la AP en Medellín, para el correo de esa ciudad.

 

 

¿Ecos de la Montaña fue en dónde se inició laboralmente en el oficio del periodismo?

 

En Medellín, yo pasé un día a media cuadra del Parque de Berrío y vi un letrero grande en un segundo piso que decía: 'Se enseña morse'. De regreso a casa le conté a mi mamá y ella me acolitó para que estudiara aquel lenguaje que se utilizaba en la radio a través de la telegrafía para transmitir lo que producían las agencias de noticias internacionales.

 

En el año 51, cuando ya estaba trabajando en Telecom, empresa que utilizaba este sistema, conocí a Humberto de Castro quién era el director de un radio periódico en la emisora Ecos de la Montaña. El me invitó a trabajar con él diciéndome que me enseñaba un poquito de periodismo y yo acepté. Entré a trabajar por 30 mil pesos y efectivamente, este señor me enseñó bastante.

 

En el año 52, Hemel Ramírez, director de un nuevo radio periódico llamado Adelante Informa, consideró que yo era un reportero muy avanzado y atrevido. La realidad era que yo le llevaba ventaja a los otros reporteros porque yo sabía taquigrafía y todas las declaraciones que hacían personalidades, ejemplo, el gobernador Arango Ferrer, yo las tomaba textualmente y les ayudaba a los otros periodistas. Ramírez me insistió para que trabajara con él y no se equivocó porque Adelante Informa, evidentemente tuvo una época brillante en el periodismo colombiano manejado por Manuel Barrera su jefe de redacción y gran periodista antioqueño.

 

En el año 53, el señor Álvaro Lloreda propietario del periódico El País, me llevó a trabajar a Cali.                                                               

 

 

¿Y por qué se dice que Fernando Londoño fue su 'descubridor' en las lides del periodismo?

 

En la ciudad de Cali, yo entrevisté al abogado y periodista Gilberto Alzate Avendaño, director de El Diario de Colombia, quien había sufrido un accidente aéreo. Cuando terminé la entrevista me dijo: 'Pardo lo invito a que trabaje conmigo en Bogotá'. Para la época yo estaba trabajando en El País y le contesté que todo dependía del sueldo. Me preguntó qué cuanto era mi salario y le respondí 60 mil pesos. El replicó diciéndome que me pagaba 70 mil y que además me pagaba el transporte a Bogotá. Fue así como me vine a trabajar a la capital en el año 54.

 

En algún momento consideré devolverme a Medellín porque el clima en Bogotá era terrible, pero por sugerencia de Gilberto Alzate Avendaño, cambié de idea y me quedé.

 

Luego de trabajar en El Diario de Colombia pasé a La República en el año 55. Estando allí, en el mes de diciembre la CPB me declaró El Reportero del Año. Esa fue una distinción muy bonita.

 

Celebrando este acontecimiento, el señor Fernando Londoño, en ese entonces gerente de Emisoras Nuevo Mundo me dijo que un hombre muy querido en Antioquia, el locutor Luis García, quién después fue un gran amigo mío, le sugirió que me llevara a Emisora Nuevo Mundo porque yo era el mejor reportero que había en Colombia. El objetivo era que yo organizara toda la información noticiosa en Caracol y hacer una radio distinta que se distinguiera de todo lo que se estaba escuchando de la radio musical y del espectáculo.

 

En noviembre del año 55 entré a trabajar a Caracol. Fernando Londoño Henao fue quién me abrió las puertas para trabajar en esta empresa. Él fue un hombre maravilloso conmigo y me toleró muchas cosas. En Caracol trabajé 23 años. Fui director general de la Cadena. Director de Noticias por 10 años. Director de Deportes. Viajé por el mundo. Fernando Londoño Henao, me respaldó completamente y yo creo que fue el artífice de mi vocación definitiva por la radio que me emociona cada que hablo de ella.                       

 

 

¿Considera que su obra cumbre es '100 Años de Radio, 90 en Colombia 280 hitos'?

 

Yo creo que es una obra que es histórica, que acoge episodios sobresalientes de la vida de la radio colombiana. Duré casi cinco años haciendo este libro con testimonios muy importantes de varias personalidades, por mencionar algunas de ellas, Fernando Londoño Henao, Bernardo Tobón Martínez y Ricardo Londoño. Allí aparecen los hitos más importantes que ha tenido nuestra radio. Por ejemplo, como se hizo aquella transmisión del viaje del hombre a la luna, a través de la radio. Esto fue un hecho en el que la radio logró combatir a la televisión que tenía imagen. La radio no tenía imagen, pero si voz y algo muy importante que era la emoción de los que estaban transmitiendo. Yo creo que ese libro recoge muchos testimonios de la vida real de la radio.

 

Claro que lo complementé con el libro Al Aire la Radio se Transforma en donde describo de igual manera como la radio en Colombia se transformó positivamente, algo que me parece muy bonito.

No lo digo con ostentación sino con mucho orgullo y amor de haber fundado la radio informativa instantánea, porque antes la radio de Colombia era más que todo de radio-periódicos políticos, que eran orientadores de políticos que querían llegar a ocupar puestos altos como gobernaciones, Congreso y hasta llegar a la Casa de Nariño. Yo cambié eso por un sistema de información pura y establecida con la entrevista en la radio.

 

Luego establecí la radio con aportes ya definitivos a la credibilidad, como por ejemplo la radio testimonial que fundé en Todelar. Todo esto lo transcribo en los libros y ha sido algo muy grato porque había soñado con saber muchas cosas de la radio y efectivamente aprendí muchas cosas maravillosas de gente que hizo cosas estupendas por la radio.            

 

Son 280 hitos escritos en su libro. Uno que me impactó notablemente fue: 'La radio integra y globaliza al país(pág. 133-136). Ahí, usted narra que con tan sólo 21 años creó el famoso formato 'Ultima Hora Caracol’. ¿Cuál es el resumen que usted hace de esta gran creación radiofónica?

 

Precisamente mi esposa que también es periodista, Miriam Rojas Uribe, dice que lo más importante que ha sucedido, que yo he hecho, es eso que se dice de la radio. De las claves que fui poniendo en cada uno de los movimientos para hacer mejor radio. Ese movimiento en general produjo una radio informativa inmediata desde cualquier parte y a cualquier hora, que globalizó el mundo.

 

Ultima Hora Caracol fue un noticiero que yo establecí a las 7:15 de la mañana, a la 1:15 del mediodía y 7:15 de la noche. Y luego creamos un noticiero más tarde a las 10:00 de la noche, que resumía los hechos acontecidos. Luego vinieron los informativos de la hora. De manera y lo digo con humildad que todo esto lo logré gracias a mi actividad durante 74 años en la radio.                         

 

 

¿Cómo va su último Libro ‘Expedición al Infierno' y de qué se trata?

 

A este libro le agregué una palabra más y se llama: 'Expedición del cielo al Infierno'. Yo estuve en la expedición que reunió 50 hombres y que viajó por el Atlántico, Urabá y Pacífico, casi con la frontera con Panamá. Honestamente, yo no repetiría esta aventura. Eso allá es un infierno. Es casi que sentir la muerte muy de cerca. Pero también tiene una belleza salvaje.

 

Me pondré en la tarea de hacer las correcciones correspondientes al libro para que se publique el año próximo. Es una crónica larga pero muy interesante desde el punto de vista periodístico.  

 

 

¿Por qué se disfrazó de ciclista alguna vez para cubrir una Vuelta a Colombia?

 

Eso fue sensacional y ocurrió en el último año que estuvo Rojas Pinilla en el poder. Cuando la Vuelta a Colombia llegara a Melgar, Rojas Pinilla había invitado a los ciclistas colombianos que participaban, a un almuerzo en su finca en Melgar.

 

Me enteré de esto cuando alguien me informó que, en una noche de bohemia en el Café Colombia, cerca de La República, Alberto Acosta, estaba anunciando un reportaje con Rojas Pinilla y al mismo tiempo dijo que se recibiría a los ciclistas. A mí se me ocurrió la idea de que podía ir a Melgar y poder hablarle a Rojas, pero disfrazándome de ciclista. Rojas Pinilla no admitía entrevistas. Era muy difícil.

 

La verdad, es que yo llegué medio borracho a Melgar y le dije a Meza que era el entrenador del equipo de Antioquia que me prestara una camiseta del equipo para poder entrar al almuerzo con los ciclistas. Mi idea era poder preguntarle al mandatario cosas tan importantes que se ventilaban en ese momento como si se hacía o no, una Asamblea Constituyente ya que de eso dependía su continuación en el poder.

 

Finalmente, Mesa me prestó la camiseta y cuando Rojas Pinilla estaba hablando de los esfuerzos que hacían los ciclistas y elogiándolos, yo levanté la mano y le dije: 'presidente, quiero hacerle una pregunta'. Hasta ese momento nadie había hecho preguntas. Rojas me respondió preguntándome que quería saber y que quién era yo. Yo le dije quién era y para quién trabajaba.

 

El al verme vestido con la camiseta del equipo antioqueño, jocosamente me dijo que si yo era de la República de Antioquia y soltó la carcajada. Yo le expliqué que era periodista del periódico La República. Finalmente le pregunté a propósito de la Asamblea Constituyente y él se enfureció. Llamó al jefe de la Casa Militar recriminándole el por qué me habían dejado entrar. Su pieza de teatro duró unos cinco minutos y luego se calmó diciéndome que lo que yo quería saber estaba pendiente y que se iba a resolver a la semana siguiente, pero dijo además que era posible que se realizara.

 

Yo le hice otras preguntas y al día siguiente publiqué el reportaje en La República. Mi reportaje lo reprodujeron medios como El Tiempo y El Espectador. Luego de esto, el presidente se comunicó conmigo telefónicamente agradeciéndome el hecho de que yo no lo había tergiversado. En medio de la conversación me dijo que él había dado la orden que si yo le tergiversaba una sola palabra me mandaba a buscar y a matar. Eso causó risas en la gente que lo acompañaba. Al final, quedó muy agradecido por mi trabajo. 

 

 

"La radio es un testimonio de un servicio extraordinario a la comunidad y la comunidad debe mirarlo así." 

Antonio Pardo García.

 

Alguna vez Julio Sánchez Cristo le preguntó a otra leyenda de la radio, a Jimmy García Camargo, por la selección ideal colombiana de locutores. Ahora yo se la pregunto a usted, toda una autoridad en el tema ¿Cuál es su Selección ideal de locutores?

 

Yo me inventé cosas que ayudaban también a la locución en la radio. En todas las redacciones en donde estuve de director ordené siempre al terminar un párrafo se escribiera punto y aparte, para que permitiera que el locutor viera que había un punto y que podía bajar la voz para volver a tomar impulso y seguir leyendo al aire.

 

Yo pienso que nosotros tuvimos una época enormemente brillante en locución y me declaro un poquito responsable de haber llevado más al periodista a la información que al locutor. Consideré que había necesidad de aplicar otro sistema como por ejemplo que fuera el periodista que presentara directamente al protagonista de la noticia ya que ese testimonio era fundamental en la época que estábamos viviendo.  

 

La lista de los grandes locutores de la época de oro de los años quinta, sexta y séptima década del siglo XX, puede iniciar con Juan Caballero Morcillo, Luis García, Julio Pinzón Moncaleano, Julián Ospina Mercado, Pablo Emilio Becerra, Marcos Pérez Caicedo, Otto Greffeistein, Hernán Castrillón Restrepo, Eduardo Aponte Rodríguez, Armando Osorio, Eucario Bermúdez, Carlos Arturo Rueda Calderón y Jorge Antonio Vega. Sobresalen dos mujeres: Teresa Gutiérrez Riaño y Sofía Morales.

 

 

Muchos coinciden en decir que el periodismo en Colombia hace rato perdió su norte. Que algunas personalidades realizan periodismo solo por conveniencias con los patrones y hasta ha sido tildado de periodismo vendido. ¿Usted qué opina? 

 

Yo tal vez le pueda recordar un poco lo siguiente. Cosas que verdaderamente me llaman la atención. Junto a un hombre muy importante de Caracol que se llamaba Timoleón Gómez, fundamos el Colegio Nacional de Periodistas.

 

El Colegio Nacional de Periodistas se politizó y yo me retiré porque a mí no me ha gustado la política. Yo la entiendo, la estudio y la observo, porque como periodistas tenemos esa obligación, pero no me gusta la política para ejercerla.

 

A raíz de esa situación crítica de los directores de la Junta Directiva del Colegio Nacional de Periodistas yo me retiré y fundé la Asociación Colombiana de Periodistas que duró un poco más. También fundé el Sindicato de Trabajadores de Caracol. Recuerdo que cuando fundé este sindicato, Fernando Londoño me llamó la atención por ello. Cuando yo me retiré de Caracol, se produjo una huelga que duró un mes, la única huelga larga que se ha producido en esta Cadena radial.

 

Más directamente a su pregunta, pienso que actualmente la situación es un poco compleja porque ha aumentado el querer de algunos de hacer política tal vez impulsados por la fama o el aplauso que les brinda de pronto la opinión pública y eso le hace daño al periodismo. El periodismo debe ser independiente. Debe ser muy real y respetuoso de todos. De la derecha, de la izquierda, del centro.

 

Lo que ha pasado también es que antes no había una crítica en el país ni se ventilaba públicamente las noticias. Ahora se hacen grandes reuniones al aire de periodistas que intervienen y hablan de todo y esto ha creado una nueva situación que de alguna manera puede ser también una necesidad del país. Creo que hay tolerar un poco pero no exagerar en la tolerancia.               

 

 

¿Qué representó Todelar en la historia de la radio en Colombia?

 

Una imagen extraordinaria. Yo soy uno de los hombres que vive con gratitud por la manera como el señor Bernardo Tobón de la Roche me llamó cuando yo trabajaba en Caracol para invitarme a ser parte de Todelar en donde fui director y dirigí todas las transmisiones importantes que hizo esta gran empresa. Fue maravilloso haber sido partícipe de todas las cosas brillantes que ocurrieron en Todelar durante mi permanencia gracias a gente muy capacitada que había.

 

Yo creo que Bernardo Tobón de la Roche hizo una radio muy buena porque exigió y permitió la creatividad. Había gente que era muy creativa pero que no actuaba. Yo por ejemplo sugerí que había que ir a cubrir los Olímpicos de Munich por lo menos con 20 personas, lo que en un principio no tuvo aprobación. Por sugerencia de alguien reduje el número de personal a 12 y finalmente mi proposición fue aceptada con un equipo de 10 personas y fue una transmisión de gran éxito.

 

Considero que Bernardo Tobón de la Roche fue un hombre muy comprensivo y tengo la mejor visión de lo que fue Todelar. Lástima que al final con aquella recepción que hubo en el país, él se llenó de pánico y fue cerrando emisoras y despidiendo personas que eran muy valiosas para la radio.      

 

 

El periodista William Giraldo dice que usted fue el culpable de que los periodistas comenzaran a madrugar a trabajar a las seis de la mañana. ¿Esto es así?

 

(Jajaja). Lo que pasa es una cosa. Hay que recordar lo siguiente. En la época de los radios periódicos, cada uno hacía una emisión de lunes a viernes al medio día o en la tarde, nada más. Cuando yo llegué a Caracol, establecí la noticia en la mañana, al medio día y en las tardes, todos los días. La realidad era que la radio no hacía noticias en la mañana y fue así como comenzamos a madrugar un poquito. Se escuchaban algunas noticias a eso de las 10 de la mañana y al medio día.

 

Cuando llegué a Todelar para hacerle competencia a Caracol, establecí las noticias de las 6 a las 8 de la mañana, de 12 a 2 de la tarde y de 6 de la tarde a 8 de la noche.

 

Recuerdo que cuando le dije a Eduardo Aponte Rodríguez que debía comenzar a madrugar para estar listo a leer las noticias a las 6 de la mañana, me respondió que no era capaz al punto de decirme que buscara otro locutor. Yo le insistí mucho, argumentándole que era lo ideal para hacerle la competencia a Caracol y finalmente decidió madrugar.

 

Evidentemente yo soy ese culpable que dice William Giraldo quien trabajó conmigo en Caracol.          

 

 

Recientemente otra leyenda de los medios de información, Yamid Amat, se retiró de CM&. ¿Cuáles son sus palabras para él en esta entrevista?

 

Yamid Amat es uno de los grandes periodistas de Colombia indudablemente. Fue un gran compañero y lo estimo muchísimo. Con Yamid Amat, Julio Castellanos y Julio Nieto Bernal, fundamos 6 AM – 9 AM.

 

Yo era director general de la Cadena y trabajamos conjuntamente muy bien. Me parece que, en cuanto a su retiro, ya era hora. Considero que, si ya a uno le falla la voz o el pensamiento, uno debe ser consciente. Yamid ha trabajado suficientemente. Ya hizo una tarea hermosa y ejemplar en el periodismo.

 

 

¿Cómo hombre innovador y creativo en su época, cómo ve las transformaciones que ha traído el desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas a la radio?

 

Maravilloso. Y lo digo porque me asombro todos los días con las posibilidades que da la tecnología. Por ejemplo. Hasta hace unos pocos años una entrevista que se hacía para televisión obligaba a la movilización de gran cantidad de equipo y personal. Hoy en día se puede hacer con el celular y a los diez minutos está al aire en un Canal de televisión.

 

En radio ni se diga. La radio sigue siendo más constante e inmediata ahora que antes. Hay mayor facilidad. Ya no se necesita trasladar equipos. A través del celular por medio de una video llamada nos podemos comunicar con cualquier persona en cualquier parte del mundo. Eso sí, hay que aprovecharla bien.  

 

  

Algunos piensan que el tiempo de la radio está contando, mientras que otros opinan que la radio está más viva que nunca. Imperdonable no preguntarle esto a usted. ¿Qué opina al respeto?

 

La radio todavía tiene mucho porvenir. La radio no depende de la tecnología. Yo siempre he dicho que la radio es el hombre. La radio depende de la creatividad. En la medida en la que el hombre tenga mayor creatividad para buscar los temas que le interesan a la gente en la radio o en la televisión, mejor será el éxito. A la radio le falta más creatividad.

 

 

¿Todo tiempo pasado en la radio de Colombia fue mejor?

 

Yo sí creo. Me parece que la radio se quedó un poquito en Colombia porque se puso a hacer demasiada intervención vocal en especial en las emisoras musicales que también querían informar y eso ha traído sus efectos malignos.

 

La televisión duró mucho tiempo para acomodarse a periodistas que hicieran buena televisión, buena información.

 

 

¿Considera entonces que todo ese auge que comenzaron a tener los formatos musicales en la radio le mermaron importancia a la radio informativa que fue tan grande en Colombia?

 

Inicialmente la radio musical tuvo una fuerza muy grande porque Colombia es un país muy musical. No solamente como creador de música si no como escucha de música mundial. La globalización nos ha traído todo tipo de música que son tan bellas en cualquier parte.

 

Pero la verdad sea dicha, la llegada de esa radio musical que también quería ser informativa creó mesas de trabajo en la mañana y muchas veces no manejada por periodistas, si no por personal joven, que llegó y comenzó a reírse en los micrófonos diciendo estupideces y esto ocasionó mucho daño a la radio.

Eso le hizo un daño terrible a la radio.

 

Esa situación, digamos que la han mejorado un poco. Ya tienen más cuidado con los participantes en los programas de radio, pero la radio, debería tomar el rumbo que era normal.

 

 

¿Anhela celebrar los 100 años de radio en Colombia?

 

Si. Me faltan cinco años. Y debe de ser celebrada no solamente por los que hemos hecho radio ni por los que están haciendo radio sino por todos los colombianos. La radio es un testimonio de un servicio extraordinario a la comunidad y la comunidad debe mirarlo así.

 

Yo creo que estamos obligados todos los colombianos a celebrarlo. Yo en mi época un poquito del retiro, pienso que la radio sigue siendo importante para la vida nacional. Hay que protegerla y ayudarla para que siga siendo muy efectiva.   

 

 

¿Quién es Antonio Pardo García en la historia de la radio colombiana?

 

Yo soy un hombre de radio modestamente con mucha alegría por lo que hizo. Haber fundado la radio informativa en la radio privada me parece importante. Haber hecho tantas transmisiones tan lindas e importantes en aquella época.

 

Fui el hombre que estableció las transmisiones de las votaciones generales en Colombia en el año 58. Eso no se conocía en nuestro país. Yo cambié la Semana Santa y tantas cosas bonitas que se hicieron. Eso me llena de orgullo, por una parte, de satisfacción personal y ahí queda como un ejemplo de que cualquiera que llegue a una empresa puede hacer muchas cosas.

 

La radio es susceptible de hacer modernizaciones todavía. La televisión mucho más. De los periódicos dicen que van a desaparecer. No señor. El periódico sigue vigente y va a estar. Lo importante es ponerle dinámica. El Tiempo, por ejemplo, presenta todos los días más crónicas, más información con profundidad, eso es importante y es lo que hay que hacer.           

 

 

Maestro muchas gracias por aceptar esta entrevista.

 

Le deseo a usted también gratitud porque se preocupa por la radio y el acontecer de Colombia desde Montreal.  Muchísimas gracias por esta llamada. Por este afecto a mi nombre. Dios le pague.

  

 

"Yo soy un hombre de radio modestamente con mucha alegría por lo que hizo."    

Antonio Pardo García.

 

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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